Divergente se reformula en TV y marca el ocaso de las sagas juveniles

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La última cinta de la franquicia no llegará al cine debido a los bajos resultados de su antecesora.




En el papel, era la nueva gallina de los huevos de oro. Al igual que la exitosa saga fílmica Los juegos del hambre, la cinta Divergente (2014) se basaba en un libro de una trilogía literaria multiventas, con una protagonista femenina fuerte que lucha contra un gobierno opresor en una sociedad futurista distópica. En el papel principal estaba Shailene Woodley, quien al igual que Jennifer Lawrence, se había hecho un nombre en el cine independiente, y que aportaba la cuota de prestigio a esta historia juvenil.

En 2014, Los juegos del hambre iniciaba su despedida de Hollywood con Sinsajo, parte 1, que recogía la moda instaurada por las cintas de Harry Potter de dividir en dos películas el último libro de su material base. La industria, buscando la nueva saga que tomara la batuta del fenómeno adolescente, lanzó dos películas que pretendían iniciar nuevas franquicias: Divergente y Maze runner. Pero los resultados no las acompañaron. La primera recaudó 288 millones de dólares, cifra respetable, pero ni siquiera corresponde a la mitad de lo conseguido por la menos rentable de las cintas de Jennifer Lawrence. La segunda no tuvo mucho mejores resultados. Ninguna tampoco logró buenas críticas.

En marzo, Divergente estrenó su tercera entrega, Leal, que también divide en dos su capítulo final en la pantalla grande, con la próxima y final cinta fijada para junio de 2017. Pero en una acción inédita, los estudios Lionsgate cancelaron el estreno de la próxima película, decidiendo reformularla como una producción de televisión, según informó el portal Variety. Un hecho que, según la prensa especializada, se debe precisamente a los pobres resultados de Leal: 180 millones de dólares recaudados sobre un presupuesto de 110 millones. Lionsgate se ha rehusado a ahondar en la medida.

La tendencia marca la primera gran derrota para la siempre cuestionada maniobra de dividir en dos la última película de una saga, con el objetivo de duplicar los dividendos de taquilla. Harry Potter, Crepúsculo y Los juegos del hambre habían conseguido suculentos números con esa fórmula, aunque esta última ya había mostrado señales de fatiga, con Sinsajo, parte 2.

Los malos resultados de Leal en marzo ya habían llevado a Lionsgate a reducir el presupuesto de Ascendente, como se iba a llamar la próxima película. Según Variety, la idea de la productora es que la cinta de TV, que aún no tiene canal definido, actúe también como piloto para una serie centrada en el mismo universo. El problema es que lo más seguro es que el elenco original -Woodley, Miles Teller, Ansel Elgort, Jeff Daniels y Naomi Watts- no regrese a interpretar sus papeles en la TV.

Para Maze runner, el presente solo está ligeramente mejor. Su secuela, Prueba de fuego (2015), recaudó menos que la primera película y fue criticada por la prensa. Su última entrega debía llegar en 2017, pero un accidente de su protagonista en el set obligó a retrasar la producción por un año más. Así, una de las más recientes tendencias de Hollywood continúa su caída libre.

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