Novak Djokovic evitó los lamentos tras la derrota frente a Roger Federer, por las semifinales de Roland Garros. La caída puso fin a una racha del serbio de 41 partidos invicto esta temporada y evitó que hoy se coronara como número uno del mundo. "No tengo nada que lamentar, nunca miro atrás, no sirve de nada lamentarse, llorar", expresó
Djokovic prefirió destacar que "estoy viviendo un momento extraordinario, pero esta racha se iba a terminar un día u otro" y elogió que Federer supo "gestionar la presión en los momentos importantes".
Además, reconoció la exigencia extra por tener la opción de alcanzar el primer lugar del ranking: "Era muy importante, había muchas cosas en juego".
Djokovicexplicó que se retiró del torneo de Queens para descansar.