Fue una situación parecida a la de 2012. Rafael Nadal y Novak Djokovic disputaban la final de Roland Garros en la arcilla parisina. En ambas ocasiones, fue el español quien se alzó con el título y su ubicó como el tenista más ganador del certamen.

Nuevamente, Djokovic se quedó con los manos vacías en el único Grand Slam que no ha ganado en su prolífica carrera y además desperdició la oportunidad de convertirse en el nuevo número 1 del ránking ATP. "Hasta el final de mi carrera voy a pelear por ganar este torneo al menos una vez", indicó tras el partido.

Sin embargo, esta situación no pasó solamente por el rival, ya que ambos deportistas ostentan una de las rivalidades más sabrosas de los últimos años en el deporte blanco.

El gran enemigo del serbio es la arcilla. Cinco son las coronas que suma "Nole" en esta superficie y todas en Masters, torneos de menor categoría. El primero llegó en 2008 cuando venció al suizo Stanislas Wawrinka en Roma.

Luego se alzó en 2011 en Madrid y Roma ante Nadal, para vencerlo nuevamente en Montecarlo en 2013. Su último título fue este año ante el español en el torneo de la capital italiana.

Las estadísticas de Novak Djokovic en Roland Garros son las peores de su carrera en un Grand Slam, a pesar de no ser malas. El serbio posee 36 victorias, su menor número en torneos grandes y 9 derrotas, el mayor en las mismas competiciones.