El doble atentado con autos bomba en un suburbio de Damasco, que según la oposición ha dejado más de 50 muertos (aunque el régimen habla de 34 y 83 heridos), es el más letal en meses, en una zona que ha sido blanco de constantes ataques, cita Reuters.

Jaramana, es una localidad de mayoría drusa y cristiana favorable al régimen de Bashar Assad. Aunque no fueron reivindicados, el modus operandi podría indicar que los atentados fueron cometidos por grupos islamistas, tal vez vinculados con Al Qaeda.

Desde el principio de la revuelta contra el régimen, en marzo de 2011, que  luego se convirtió en guerra civil, las autoridades sirias atribuyen la  violencia a "grupos terroristas apoyados por el extranjero".

Las bombas llegaron tras dos semanas de avances por parte de los rebeldes, que han tomado bases militares en todo Siria y dejaron expuesta la pérdida de control de Assad en las regiones del norte y el este pese a la devastadora potencia aérea que ha usado el presidente para bombardear bastiones de la oposición.

Destacando su creciente poderío, que se vio potenciado por las armas capturadas durante los avances sobre instalaciones militares del gobierno así como también a las provisiones desde el exterior, los insurgentes derribaron hoy un avión de combate en la provincia norteña de Alepo usando un misil antiaéreo, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

El nuevo derramamiento de sangre se produjo en momentos en que la nueva coalición de la oposición sostenía su primer encuentro formal en El Cairo para debatir la formación de un gobierno de transición, clave para que la revuelta contra Assad tenga respaldo efectivo de Occidente y los países árabes.

El encuentro de dos días también seleccionará comités para manejar la asistencia y las comunicaciones, un proceso que se está convirtiendo en una disputa de poder entre Hermanos Musulmanes y miembros seculares.

Las rivalidades también se intensificaron entre la oposición en el exilio y los rebeldes en territorio sirio, donde la estimación de la cifra de muertos ha alcanzado los 40.000, incluyendo a soldados, civiles y rebeldes.

BOMBARDEOS "TERRORISTAS"
La agencia estatal de noticias Sana describió las explosiones como "bombardeos terroristas", una clasificación que se reserva para ataques perpetrados por los combatientes fundamentalmente sunitas que luchan por derrocar a Assad, miembro de la minoritaria secta alauita que es un desprendimiento del islam chiíta.

Dos bombas más pequeñas también explotaron en Jaramana casi al mismo tiempo que los autos bomba. En total, al menos 47 personas murieron, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que agregó que 83 personas resultaron gravemente heridas.

Activistas también reportaron ataques aéreos sobre Maarat al-Numan, un pueblo en manos de los rebeldes cercano a la carretera central norte-sur que une Damasco con Alepo, la ciudad más grande de Siria.

La mayoría de las potencias extranjeras han condenado a Assad. Reino Unido, Francia y los países del Golfo Pérsico han reconocido a la coalición opositora que nuclea a varios grupos insurgentes como el único representante del pueblo sirio.

Pero Assad aún cuenta con sus aliados, especialmente la potencia regional Irán, que le brindan respaldo militar pese a las sanciones de Estados Unidos y Europa. Rusia, principal proveedor de armas a Siria, dice por su parte que sólo ha enviado material ya acordado en pactos previos.

El mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, se reunirá con el consejo de 15 miembros el jueves y asistirá a la Asamblea General de Naciones Unidas el viernes.

La vía de resolución diplomática del conflicto está estancada; y Rusia y China, que apoyan a Assad, han bloqueado la acción del Consejo de Seguridad de la ONU.