La doctora Solana Terrazas, investigadora de Salud Pública de la Universidad Católica, aseguró que con respecto a los resultados de los exámenes realizados a los niños de la escuela La Greda, los cuales revelaron presencia de arénico y plomo en sus organismo, "hubo una suerte de desinformacIón".

La especialista a cargo del estudio precisó que lo que se hizo el pasado jueves 28 de julio fue entregar los primeros resultados individuales a los familiares donde se determinó la presencia de metales en los exámenes practicados a los niños y los resultados de las evaluaciones de salud realizados. Y si bien se demostró que si hay metales en el organismo de los niños, estos niveles, en su gran mayoría, están bajo los parámetros de referencia que se utilizan a nivel internacional.

"Creo que hubo una suerte de desinformación. Esto fue una primera etapa en donde hablamos con los padres sobre la condición de cada niño. Todavía falta que los chequeen médicamente, que den un diagnóstico, que verifiquen si hay o no una enfermedad crónica", explicó.

Terrazas sostuvo que "nuestro equipo analizará en profundidad datos como la presencia de otros factores de riesgo que puedan explicar un daño en su salud y la exposición a otras fuentes de contaminantes. Al comparar los resultados con los obtenidos en el grupo control podremos entregar un resultado más concluyente sobre si existe o no exceso de riesgo en los niños".

La facultativa sostuvo que "seguiremos trabajando por la comunidad de La Greda, entendemos la necesidad de tener respuestas y eso se obtiene con resultados confiables que se basen en estudios serios y metodológicamente correctos".

ESTUDIO
Según explicó la especialista, información a través de encuestas sobre otras fuentes contaminantes y sintomatología presente en los niños se recolectó para realizar el primer estudio de epidemiología ambiental que se efectuó en la escuela La Greda.

Además indicó que se hicieron los exámenes para determinar metales y evaluaciones para ver posibles efectos que puedan tener los niños a raíz de esta exposición.

Terrazas manifestó que "en la segunda fase se espera medir los mismos parámetros en una población escolar similar, pero sin exposición a contaminantes y en una tercera, entregar datos comparativos que demuestren si efectivamente hay un exceso de riesgo de tener efectos en la salud como consecuencia de la exposición crónica a contaminantes".

El universo de estudio fueron 131 niños matriculados en la escuela y de ellos, un tercio presentó algún tipo de sospecha de alteración, que debe confirmarse con médicos especialistas en enfermedades respiratorias y neurológicas.

Además se les repetirá los niveles de metales en el 10% de los niños que tienen los niveles más altos y más bajos. Lo anterior se realiza porque en esos exámenes pueden existir otros factores que hagan que los resultados tengan una mayor probabilidad de error.