De Valparaíso llegó a Londres, donde formó en los años setenta una banda llamada 101'ers junto a Joe Strummer. Era la génesis de The Clash, y aunque el chileno no formó parte de la mítica banda, su nombre quedó registrado en la historia. Es Alvaro Peña, el músico actualmente radicado en Alemania y del que el documental Alvaro Peña: Total dedicación, resultó el filme ganador del Festival In-Edit.

La sexta versión del Festival, que tuvo una importante afluencia de público, premió también -en la categoría Mejor Cortometraje Nacional-, a Más que el doble. El Elvis Chileno, de la realizadora Fernanda Marín. Este cortometraje narra la vida del hombre que personifica a Elvis en Chile. La mirada a la persona detrás del personaje es la que evidencia su autora, dejando ver a Marcelo Rossi, un cantante de la Quinta Región quien a sus 74 años de edad deslumbra a grandes y chicos con sus presentaciones interpretando al rey del rock.

En la competencia nacional fueron tres los documentales escogidos por el jurado como ganadores. En tercer lugar quedó Matorral. Estamos bien, de Sebastián Páez y Cristóbal Olivares, documental que muestra la realidad de una industria en crisis, reflejado en la preparación del primer disco del grupo chileno Matorral. El segundo lugar se lo llevó Santiago tiene una Pena, de Diego Riquelme y Felipe Orellana, quienes abordan la vida y el trabajo de tres cantores del transporte urbano, enfrentados al hostil Santiago que los acoge a diario. Y el primer lugar de la competencia fue para el documental de Francisco Willumsen A tiempo real, una aventura visual sobre la intervención creativa de dos músicos en el fundo El Guanaco con herramientas agrícolas como instrumentos musicales.

Según el jurado, esta cinta es "Una obra mayor. Combina visibilidad y diseño sonoro magistralmente. Trasciende nacionalidad y género musical. Es un trabajo para sala grande, un auténtico espectáculo audiovisual. Entretiene y emociona".

El premio del público fue para Shadow play. La historia de Anton Corbijn, de Josh Whiteman, donde se relata la relacion de Antón Corbijn, fotógrafo y director holandés, con famosas bandas como Depeche Mode o U2.