La emoción les apretó la garganta a todos. El plantel completo y Martín Lasarte, incluido. Desbordados por lo que sentían, realizaron una vuelta olímpica muy lenta. Con hijos incluidos, en más de un caso; con un dolor en el pecho que no se apaga, en otros. Ante 45 mil personas, la celebración incluyó a lesionados, a suplentes eternos y a quienes no pudieron jugar ni siquiera un minuto, como el Sub 20 Christian Cuevas, en un plantel de gran riqueza individual.
Entre esas emociones más fuertes estuvo la de José Rojas, quien recordó a su hijo fallecido, de manera explícita e incontenible. "Este año es muy especial. Perdí a mi primer hijo y seguro él nos ayudó a bajar esta estrella", sostuvo el capitán estudiantil.
El zaguero matizó: "Cada campeonato es diferente. Este ha sido muy especial. Creo que este grupo demostró grandeza antes de tiempo, sobre todo cuando nos pisotearon y cuando dijeron que nos íbamos a caer".
También resaltó a los rivales y al nivel del campeonato. "Agradezco a los equipos que participaron en este campeonato, que lo hicieron muy bien. Todo esto le hace bien al fútbol", explicó, poco antes de recibir la copa de campeón de manos de Antonio Martínez, director de la ANFP.
Otros, como Mathías Corujo, aludieron tangencialmente a Colo Colo y sus quejas expresadas a través de Julio Barroso. "Les cerramos la boca a muchos rivales, aguantamos la presión".
Johnny Herrera, sonriente como nunca, recordó los instantes amargos: "Hicimos un excelente torneo, pese a que por ahí tuvimos una par de siestas, con Colo Colo, Barnechea y la U. de Conce, pero afortunadamente se corrigió a tiempo".
También relativizó la presión que significó jugar en paralelo con el partido de Wanderers y Colo Colo. "Nunca nos preocupamos de lo que estaba sucediendo en Valparaíso; pero durante la semana había dicho que me gustaría una final con Colo Colo el martes, que estábamos preparados".
El angolino, además, apuntó al futuro. "La gente que llegó te da para soñar mucho, porque este plantel es mucho más que once jugadores", afirmó. El arquero, al igual que varios de sus compañeros, se refirió al hecho de que nunca fueron superados en la tabla de posiciones. "Fuimos campeones de principio a fin, de manera merecida, aunque está claro que no fue fácil".
Corujo, aparte de a su familia, le decicó la victoria y la corona a su entrenador, Martín Lasarte, y a los demás integrantes del staff técnico: "Nosotros pudimos darle ese título. Es un gran entrenador y tiene un gran grupo de trabajo", en una frase que se convirtió en tópico dentro del vestuario estudiantil. Y, al igual que Herrera, miró hacia adelante. "Somos un equipo grande y tenemos que salir campeones en cualquier competencia que juguemos. Y la Copa Libertadores no es una excepción".
El segundo capitán de la escuadra estudiantil no dejó pasar el momento y le mandó un mensaje a Colo Colo, especialmente a Julio Barroso: "Es una lata que venga un tipo de otro lado a ensuciar el campeonato. Es absurdo lo que dice. Por estadísticas, el único equipo favorecido fue Colo Colo".
La celebración en la cancha, por supuesto, incluyó abrazos, regalos de camisetas y muchas selfies, categoría en la que el otro jugador uruguayo del equipo, Ricardo Guzmán Pereira, llevó el pandero. Conocido como Megamente dentro del plantel, afirmó: "Sabíamos que ganando teníamos gran parte del camino avanzado. Colo Colo iba a perder en Valparaíso. Afortunadamente todo eso sucedió". De paso, recordó su dura adaptación a la U: "Tuve una primera oportunidad y lo hice mal, pero el grupo me aguantó y agradezco eso. Ahora vamos a ir por todo, por el campeonato y por la copa (Libertadores)".
Entre los más conmovidos estaba Cristián Suárez. "Soy hincha de la U desde niño", explicó, en un factor que sumaba al hecho de que ayer logró su primera corona nacional. De paso, fue una reivindicación personal. "Mucha gente cuestionó mi llegada al club, pero demostré que estoy a la altura... Le dedico todo esto a mi familia y a Rinconada de los Andes (su tierra natal".
Las celebraciones se extendieron hasta Plaza Italia, donde cientos de fanáticos armaron la fiesta por la nueva corona, mientras el plantel se fue a cenar a un restaurant de La Dehesa, que fue reservado con anticipación.
Así, ayer los afectos ocuparon un lugar de privilegio. En eso, la U también demostró que sabe ser campeón.