El Borussia Dortmund fue el primer club del fútbol alemán en salir a bolsa -sigue siendo el único- y la historia de sus acciones está marcada por los vaivenes, desde la euforia inicial hasta hoy, tras el atentado cometido presuntamente por un especulador que buscaba provocar una fuerte bajada en su cotización.
La salida a bolsa se produjo en el año 2000 y se fraguó en medio del júbilo que habían generado los éxitos registrados al final de la década de los noventa.
En las temporadas 1994/1995 y 1995/1996 el Dortmund se coronó campeón alemán. En 1997 ganó incluso la Liga de Campeones y la desaparecida Copa Intercontinental.
Los directivos de la época, encabezados por el entonces presidente Gerd Niebaum, entendieron que el club se había convertido en una marca y que era el momento de replantear el modelo económico con la salida a bolsa.
Ese paso, además, traería capital fresco que debía ayudar al Dortmund a hacer frente al poder económico del Bayern.
La operación fue festejada por muchos de los seguidores de un club que intentaba unir su tradición obrera con el capitalismo moderno y el canciller alemán de la época, Gerhard Schröder, llegó a decir que la apuesta del Dortmund tenía un paralelismo con la modernización de la socialdemocracia.
Sin embargo, desde el comienzo hubo también escépticos que temían a los especuladores y, en todo caso, en el plano estrictamente económico, los accionistas de vieron desilusionados desde el primer día.
La acción salió a bolsa al equivalente actual de 11 euros y al final de la primera jornada ya había caído a 10,50. Y siguió bajando.
En 2002, cuando el Dortmund volvió a coronarse campeón alemán tuvo un repunte, pero este fue pasajero y la directiva, en el esfuerzo de mantener el éxito deportivo, terminó desangrando las finanzas del club.
En 2005 las deudas del Dortmund ascendían a 118 millones de euros y los éxitos deportivos estaban lejos; la cotización cayó por debajo de 1 euro, la directiva fue relevada e incluso llegó a hablarse de que el club corría peligro de desaparecer.
Reinhard Rauball asumió la presidencia con Hans-Joachim Watzke como director administrativo y ese equipo -que sigue al frente del club- inició un proceso de saneamiento que implicó la venta de jugadores importantes.
La recuperación, económica y deportiva, llegó: en 2011 y 2012 el Dortmund volvió a ser campeón y en 2013 alcanzó la final de la Liga de Campeones.
Pese a todo, la acción tiene actualmente cerca de la mitad del valor con el que salió a bolsa en 2000.
Las altas y las bajas dejaban claro que tanto el vigor económico del club como la cotización estaban ligados al éxito deportivo y, presuntamente, eso fue lo que, de manera perversa, trató de aprovechar el sospechoso de haber detonado tres bombas la semana pasada al paso del autobús del equipo.
Según la Fiscalía alemana, tras adquirir 15.000 opciones para vender en el futuro acciones del Dortmund a un determinado precio recurrió al atentado con el objeto de generar una caída masiva de la cotización.
Su ganancia -derivada de la diferencia entre la cotización en el momento de la venta y el precio pactado- hubiera podido llegar, según cálculos de la Oficina Federal de Investigación Criminal(BKA) citados por los medios alemanes, a cerca de 4 millones de euros.
Su objetivo, se especula, era matar al mayor número de jugadores del Dortmund, lo que provocaría, según esos cálculos, el pánico entre los accionistas.
Sin embargo, el movimiento de la cotización se mantuvo dentro de la normalidad tras la explosión de las tres bombas, que hirieron al jugador español Marc Bartra y a un policía que escoltaba el autobús.
El 12 de abril, un día después del atentado, la acción llegó a cerrar al alza, con una subida del 1,8 %.
Después de la eliminación definitiva de la Liga de Campeones, el miércoles, las acciones bajaron el 3,5 %, reflejando los ingresos que pierde el club al quedar fuera de las semifinales de la máxima competición de clubes europea.