A casi dos años de la aparición de la primera farmacia comunal de Chile, llamada Farmacia Popular Ricardo Silva Soto, creada en Recoleta (el 15 de octubre de 2015), el modelo se ha expandido a tal punto que hoy son 143 los municipios que cuentan con este tipo de establecimientos.
Un 29% de ellos se encuentra en la Región Metropolitana y 26 ya ofrecen medicamentos fraccionados, es decir, por dosis específicas prescritas. Y al menos dos tienen sumarios sanitarios en curso, tras las primeras fiscalizaciones del Instituto de Salud Pública (ISP) en la Región Metropolitana (ver nota secundaria).
Si bien en un principio prometían valores hasta 20 veces más económicos que los precios de una farmacia de cadena, y que según una comparación de precios realizada por La Tercera arrojó ahorros en torno al 40% (ver infografía), en los próximos días podrían sumar nuevos descuentos, luego de que la recientemente creada Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp) iniciará negociaciones con laboratorios y proveedores internacionales para efectuar compras como gremio.
La organización, formada por 67 farmacias comunales de las 143 que actualmente funcionan en Chile -es decir, un 46,5%-, prevé un ahorro de entre un 15% y un 20% adicional a lo que ya obtienen intermediando con la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast).
"La necesidad de llegar a esto es la economía de escala, porque nosotros mejoramos la capacidad negociadora cuando les compramos a todas las farmacias que están incorporadas a Achifarp", explicó Daniel Jadue, presidente de esa asociación y alcalde de Recoleta.
Actualmente, el trato de farmacias comunales con laboratorios es el mismo que reciben otras farmacias, sean de cadena o independientes. Jean Jacques Duhart, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Chilena de Innovación Farmacéutica (CIF), indicó que las farmacias acceden a un mismo listado de precios y las diferencias que se pueden dar son sólo en función de las políticas de descuento, ya sean por pronto pago o compra en volumen. "No se permite tener varias listas de precio. Esa es la norma. No se puede hacer tratos diferenciados que no estén contemplados en las políticas de descuento", añadió Duhart.
Por ello, incluso los recintos de cadenas, por el volumen de compra que hacen, pueden conseguir mejores precios que una farmacia comunal en su relación comercial con estas empresas.
En ese contexto, el organismo comunal está en un proceso de negociación con laboratorios para conseguir mejores precios en sus compras, esta vez en bloque. "Estamos haciendo uso del viejo lema que dice la unión hace la fuerza. Hoy negociamos y les exigimos a los laboratorios que negocian con nosotros que respeten esos valores a todas las farmacias populares", añadió Jadue.
El trabajo en conjunto ha sido valorado por los laboratorios. Duhart indicó que "era vital que se organizaran, ya que la economía aislada no da". Agregó que "la única posibilidad para que estas farmacias logren sostenerse en el tiempo es que organicen su compra, para conseguir volúmenes y economía de escala".
Adrián Vega, presidente de la Cámara Nacional de Laboratorios (Canalab), manifestó que la relación de los laboratorios con los recintos comunales "ha ido creciendo en volumen de venta. Para nosotros es importante lo que ha significado, porque son otro canal de distribución, en un mercado que está muy concentrado en tres cadenas de farmacias", añadió.
Convenios
Otro de los avances en la organización de las farmacias es la firma de un convenio de colaboración con la Cenabast, en la línea de "aprovechar la sinergía de ambas instituciones", según indicó Jaime Espina, director (S) del organismo.
Esta alianza consta de colaboración en la consolidación de la demanda en productos que hoy la central no puede adquirir, como medicamentos o insumos de marca.
"Por ejemplo, la leche Ensure, Cenabast no la puede comprar, porque es un producto de marca, pero sí lo puede hacer Achifarp, como institución privada. Nosotros pondremos a disposición nuestra plataforma electrónica, para que Achifarp consolide su demanda, pero serán ellos los que compren, no nosotros", dijo.
Ese, por ejemplo, es un producto que, según Conrado Muñoz, director del Departamento de Salud de la Municipalidad de Padre Las Casas, es muy demandado en su farmacia. "Es increíblemente solicitado, pero no hemos podido ofrecerlo, ya que el laboratorio que lo produce nos ofrece el mismo precio que a una farmacia de cadena, y la idea de la farmacia comunal es tener precios más bajos", dijo.
Con dicha alianza, Achifarp, además, tendrá la opción de almacenar en dependencias de Cenabast las compras y volúmenes que obtengan y hacer la distribución de los mismos por los canales de la central.
Respecto de las compras en el extranjero, Germán Codina, alcalde de Puente Alto, director de Achifarp y presidente de la Comisión de Salud de la Asociación Chilena de Municipalidades, junto con valorar que en la organización existan ediles de diversas tendencias políticas, añadió que ya se está gestionando la compra de pañales en Bélgica. "Se encuentran en etapa de estudio de mercado. Llegaron pañales de muestra, los que han sido distribuidos a vecinos de diferentes comunas con el objeto de testear su calidad", indicó.
Estancamiento
Si bien la primera farmacia comunal data de octubre de 2015, el fuerte de las inauguraciones se produjo durante 2016, sobre todo durante el segundo semestre de ese año. En lo que va de 2017 se han creado 50 farmacias comunales, casi un tercio del total, lo que muestra que estos recintos municipales se han ido estancando.
Para José Manuel Cousiño, académico de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián, eso puede estar relacionado con un tema de prioridades de las municipalidades. "La farmacia comunal es una empresa pequeña que requiere de capital y financiamiento, y como se trabaja al costo, sin utilidades, existe un desincentivo a la continuación, lo que es lamentable. Por lo mismo, el gobierno debiera tomar más en consideración estos recintos de salud".
Rony Lenz, miembro del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello y docente de Farmacología de la U. de Chile, agregó que las razones se deben a que "no pueden acceder a economías de escala, porque están muy atomizadas y los costos de administración de unidades tan pequeñas hacen que la inversión sea prohibitiva. Si bien los alcaldes no lo transparentan, es muy probable que los municipios estén subsidiando las farmacias comunales".
Sin embargo, Codina descartó un estancamiento. "El proceso de creación no ha parado, sigue con fuerza, hay mucho interés de los municipios por sumarse".