Dos selecciones. Una misma propuesta. Chile y Alemania se verán las caras esta tarde en Kazán con una idea similar: intensidad, posesión de balón y movimientos constantes en ataque. Un estilo que ambos vienen abrazando desde hace un largo tiempo.
Basta revisar las estadísticas de uno y otro en el estreno de la Copa Confederaciones para encontrar varias similitudes. La Roja fue un equipo que desde el primer minuto intentó ser protagonista ante Camerún, lo que se refleja en que tuvo una posesión del balón del 63%, un índice muy alto. Algo parecido ocurrió con los europeos, que fue claro dominador en su encuentro ante los australianos y tuvo un 59% de posesión.
Para lograr un porcentaje tan alto, los dos equipos tuvieron una alta efectividad en los pases, que fue del 90%, con un dato: ambos superaron los 500 pases.
En lo que al ataque respecta, tanto Chile como Alemania llegaron muchas veces a portería rival. Los de Pizzi remataron 15 veces (cuatro de ellas al arco), anotando dos goles, ambos de jugada, un tiro en el palo y ocho remates que no llegaron a portería. Los germanos lo hicieron 18 veces (cinco al arco) con un registro de tres goles, un tiro en el poste, nueve remates desviados y cuatro tiros de esquina.
En lo que tuvieron un idéntico registro fue en las faltas: 11 recibidas y siete cometidas, recibiendo apenas una tarjeta amarilla cada equipo.
La intensidad del juego se traduce en la capacidad de cada equipo para hacerse con el balón cuando no lo tienen. Chile recuperó la pelota en 31 ocasiones, mientras los teutones lo hicieron en 39, fiel reflejo de la agresividad de ambos: asfixian a los rivales y no les permiten pensar mucho. Habrá que ver en Kazán quién ejecuta mejor el plan.