Dos niños murieron y al menos otras 2.500 personas se quedaron sin casa después de que un enorme incendio arrasara el jueves un barrio entero de viviendas de material ligero en el corazón de Manila, informaron hoy los servicios de emergencia.

Los bomberos tardaron siete horas en apagar las llamas en el distrito de Santa Cruz, donde los residentes se sumaron a las labores de extinción mientras llegaban los equipos de rescate.

El fuego empezó a media tarde y fue causado al parecer por la explosión fortuita de un tanque de gas, según las primeras investigaciones de la policía.

Los servicios de emergencia sacaron de entre los restos calcinados de las viviendas los cadáveres de dos niños, de uno y tres años.

Este tipo de sucesos son habituales en las áreas más humildes de Manila, donde un incendio pueden llegar a destruir en poco tiempo miles de cabañas adosadas de madera con techos de uralita.

Decenas de personas mueren caño año en estos incendios, ya que las estrechas callejuelas dificultan la llegada de los bomberos y los materiales con los que están hechas las humildes casas son muy inflamables.