Dos policías y un hombre con antecedentes por asesinato murieron cuando los efectivos presentaron al sospechoso una orden de arresto en una casa en La Florida y fueron atacados con armas de fuego desde el interior del inmueble. El otro individuo habría sido arrestado, según las primeras informaciones.
Los policías muertos son, una mujer, que aún no es identificada, que pertenecía al servicio policial del condado de Miami-Dade, y falleció en el hospital Jackson Memorial tras ser intervenida quirúrgicamente como consecuencia del tiro que recibió en la cabeza. El otro agente fue identificado como Roger Castillo.
Según indicó el alcalde del condado de Miami-Dale, Carlos Alvarez, varios agentes llegaron con una orden judicial de detención, momento en el que se produjo el tiroteo entre los policías y los ocupantes de la casa.
Los policías cooperaban en una operación conjunta con el servicio de alguaciles del sur de Florida que tenía como objetivo el arresto de presuntos criminales.
Tras lo sucedido las autoridades cerraron dos escuelas del sector.