"El mayor problema que tenemos hoy, es cómo se está introduciendo la drogadicción. Es lo que más nos preocupa (…) Es un hecho recurrente en los consejos de profesores, y siempre con la misma explicación, la que tenemos, los elementos de juicio que nos otorga la ley", se queja un director de un liceo municipal en el estudio Conflictos Socioeducativos y Liderazgo Escolar, del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (Cedle), que revela que para los directores de colegios y liceos públicos el principal conflicto en los establecimientos educacionales son las drogas (76,7%).
El consumo de drogas impacta en el clima escolar y la organización funcional del establecimiento. Los otros conflictos son las movilizaciones y tomas de estudiantes (68%), la falta de respeto de los estudiantes a las autoridades (36%), la calidad docente y delincuencia (32% cada uno) entre otros (ver infografía).
"Se les enseña muy poco sobre el manejo de conflictos. No sabíamos cuáles eran sus estrategias", explica el jefe del proyecto Cristóbal Villalobos, sociólogo y actual investigador del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación de la U. Católica.
El estudio consideró primero un levantamiento de los principales conflictos y estrategias de gestión de los directores, mediante el estudio de casos en ocho liceos. Luego sobre esos mismos aspectos, realizaron una encuesta a 300 directores de liceos municipales del país.
El trabajo les permitió conocer las verdaderas problemáticas a las que se enfrentan los directivos. Estas, según el estudio, no son las que comúnmente parecieran ser los principales problemas, como por ejemplo, las movilizaciones o la falta de recursos. "Para la mayoría de los liceos no son las principales preocupaciones. Los problemas más graves son temas como las drogas y la relación con los padres", aclara José Weinstein, director del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo.
Estrategias
Frente al consumo de drogas, la preparación de los directores es escasa. Lo que ellos hacen, dice el estudio, es atenerse al protocolo. "Y si el protocolo dice que esto es ilegal, entonces llaman a Carabineros. Un tratamiento similar se hace en el caso de abuso sexual", dice Villalobos.
No saben qué hacer con el consumo ni con el tráfico. "Es un tema que desborda a la escuela. No es parte de su formación habitual. Y éste tipo de investigación visualiza en qué ámbitos requieren apoyo y ayuda profesional", destaca Weinstein.
Ante esa falta de herramientas, optan por entregar la responsabilidad a otros. "Y eso no es necesariamente malo, pero revela que no hay una definición con respecto a cuál es su rol dentro de esa situación. Lo ven como que es ilegal, entonces no es su problema. Y eso revela que los estilos y manejos de conflictos no están tan desarrollados", dice Villalobos.
Antonio Leiva, director (s) del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), explica que la institución que dirige está implementando programas preventivos, desde el nivel preescolar a 4° medio, en más de 8.500 establecimientos municipales y particulares subvencionados, en los que directivos, orientadores y profesores son capacitados no sólo en la implementación de esos programas, sino que también en el diseño de estrategias preventivas.
"En los establecimientos con los que trabaja Senda, puedo asegurar que hay directivos y educadores capacitados en estrategias preventivas, guiados y acompañados constantemente por los equipos comunales 'Senda Previene' que son quienes implementan estas iniciativas en las comunas".
Habilidades blandas
El manejo de éstas y otras problemáticas debería ser parte de la formación inicial, y de la carrera directiva, reflexiona Villalobos. "El manejo de habilidades blandas debe fomentarse. Algunos cursos de diplomados y magíster los incorporan, pero no es tan común".
Muchos problemas tienen vinculación con lo relacional, resalta Weinstein. "Los directivos tienen precariamente algunas herramientas para trabajar conflictos con los estudiantes, con normas y protocolos, sin embargo para tratar conflictos con los profesores son escasas".
Ante determinado conflicto el director debería contar con estrategias específicas y protocolos claros según la intensidad del problema, dice Villalobos.
Procesos en los que el rol del director y sus capacidades son determinantes. Porque el ejercicio del liderazgo educativo, destaca el director de Cedle, es la segunda influencia más importante en los procesos de aprendizaje después de la docencia.