La búsqueda de nuevas herramientas de liquidez por parte del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, está resultando más compleja que hace dos años. Cuando el titular de la entidad en 2011 decidió dar a los bancos de la zona euro préstamos a tres años para atenuar la crisis del crédito, las políticas de liquidez y tasas de interés eran cuestiones independientes. Ahora, el financiamiento barato podría afectar la orientación del BCE en materia de tasas de interés y llevar a los bancos a apuntalar sus balances en lugar de reforzar los préstamos a las compañías y los hogares en momentos en que se someten a una revisión de sus cuentas.
Los funcionarios del BCE están elaborando planes para mantener el flujo de dinero a los bancos e impedir que se produzca una escasez de liquidez cuando venza la primera tanda de préstamos de emergencia a largo plazo a comienzos de 2015.
Un comité técnico al que Draghi le encargó evaluar las soluciones ha entrado en su segunda semana de conversaciones sin presión para obtener resultados, según dos funcionarios del BCE con conocimiento del tema, que pidieron no ser identificados porque las conversaciones no son públicas. En tanto, un portavoz de la entidad no accedió a formular declaraciones sobre la reunión.
"Ya no estamos abocados a la crisis, lo que da al BCE más tiempo para pensar nuevas medidas sin gran urgencia para actuar", dijo Marco Valli, economista jefe de la zona euro de UniCredit Global Research en Milán.
"Pero al fin y al cabo habrá más liquidez y la próxima inyección probablemente tenga una forma diferente de la anterior", apuntó.
Favorecer el crecimiento
El BCE está tratando de favorecer una incipiente recuperación económica impidiendo que las tasas de corto plazo del mercado de dinero suban tan rápido que debiliten a los bancos y desalienten los préstamos. Draghi le dijo al Parlamento Europeo el pasado 23 de septiembre que está "dispuesto a usar cualquier instrumento" para mantener los costos interbancarios de endeudamiento en un nivel apropiado respecto de las perspectivas de inflación.
La tasa a un día, que los bancos esperan cobrarse mutuamente cuando el BCE mantenga su reunión de tasas en octubre próximo, se ubicó ayer en 0,25%, por encima del 0,01% de mediados de mayo.
Las nuevas medidas de liquidez podrían comprender operaciones de refinanciación a largo plazo con tasas fijas o flotantes, distintos plazos de vencimiento o normas sobre la forma en que los bancos deben usar el efectivo.
Otras posibles medidas incluyen cambios en los requisitos de reservas o garantías, la suspensión de las operaciones de absorción de liquidez o la extensión de los préstamos de adjudicación completa.
"Es intención del Consejo de Gobierno dar seguridad de liquidez a los bancos y el sistema bancario de Europa", señaló Draghi el pasado 2 de octubre.
"Nadie quiere tener un accidente de liquidez entre este momento y la recuperación", enfatizó.