A los seis años se hizo famosa como la niñita de la película E.T. A los nueve bebió su primer trago. A los 12 era adicta a la cocaína. Un año después entró a rehabilitación. Y ahora, a los 34, Drew Barrymore está convertida en una de las actrices preferidas de Hollywood, está incluida en el top ten de las mejor pagadas, en una productora respetada y en uno de los referentes de la moda en el mundo del cine.
Su estilo se fue refinando. Y desde los jeans ceñidos con camisa que mostraba en los anuncios de la marca Guess?, a comienzos de los años 90, se convirtió en la sirena envuelta en un traje de Dior que caminaba por la alfombra roja del hotel Beverly Hilton, durante los últimos premios Globos de Oro.
Aunque lo suyo es la versatilidad. Puede posar en un diseño complicado y largo de Versace, o con la polera y pollera más hippie.
Sus influencias, ha dicho, vienen de los roqueros de los años 60 y 70. Desde los Rolling Stones a los Beatles. "Me encanta como se vestían Mick Jagger, Robert Plant y David Bowie. Blondie también era muy cool. Y el punk rock también me gusta. Adoro ponerme corbata y colecciono esas delgadas de la época mod", ha contado Barrymore.
Aunque a la hora de las avant premieres y grandes eventos, sus referencias vienen de los modistos clásicos, especialmente de los años 40. Como cuando aparece muy maquillada y súper peinada, con un traje a lo Jean Harlow, de la italiana Alberta Ferretti. O un modelo negro, corto, ceñido y bien setentero O más vaporosa, como con ese vestido amplio y vaporoso y palo rosa con el que flotaba a la entrada de los pasados trofeos Emmy.