El diseñador Dries van Noten apostó por la elegancia relajada y los toques étnicos en los desfiles de prê-à- porter femenino para la temporada primavera/verano 2010 que se celebran en París.
El diseñador de Amberes se inspiró en las ciudades de París, Tokio y Calcuta y mezcló distintos elementos en una colección plenamente armoniosa que presentó el domingo.
Diseños en tonos azafrán adornados con diversos ornamentos, lujosas americanas largas en violeta y plata y coloridas faldas que emulan los saris y terminan en un largo chal convencieron tanto por sí mismas como combinadas con otras prendas.
El toque más desenfadado lo pusieron los pantalones de pijama hechos de seda y los abrigos de satén con corte de gabardina. Y, para culminar, unos accesorios de lo más chic: cadenas de perlas con colgantes imitando mosaicos y bolsos laqueados en verde esmeralda.
Por otro lado, el desfile de la casa Sonia Rykiel resultó, tras tanto despliegue de encanto, incluso un poco pueril. Las modelos bailaron con movimientos torpes al son de una estridente música disco entre confetti y papel de plata.
Aunque las prendas intentaban potenciar el sexappeal, los pantalones de ciclista y los chalecos con botones dorados combinados con medias sin sujección no convencieron. Sin embargo, sí gustaron los jerseys de rayas y las blusas transparentes en tonos rosas.
La maestría en el corte llegó de la mano del diseñador de Givenchy Riccardo Tisci: americanas con cortes arquitectónicos y estampados gráficos combinados con pantalones bombacho drapeados. Vestidos de gasa con faldas cortas en tonos humo recordaban en su perfección a las túnicas de las estatuas de la antigüedad.
Finalmente, Kris van Achse unió lo masculino y lo femenino en vistosos vestidos negros con elegantes detalles y trajes color crema o en tonos grises plateados con chaquetas de corte asimétrico y pantalones a la cadera que se estrechan en los tobillos.