Los niños pequeños de mujeres adictas a las drogas tendrían mayor riesgo a sufrir abusos y a quedar en hogares sustitutos, reveló un estudio realizado por investigadores en Australia.

La investigación determinó que los hijos de mujeres que abusaban del consumo de anfetaminas u opiáceos, como la heroína, eran 13 veces más propensos a ser víctimas de negligencia o abuso que el resto de los niños de la misma edad.

Sus probabilidades de pasar a cuidado sustituto eran igualmente altas, según el estudio publicado por el equipo en la revista Pediatrics.

INVESTIGACION
Con datos de los servicios de protección infantil, el equipo de Andrea McGlade, de Royal Children's Hospital, en Brisbane, halló que la mitad de los niños de mujeres consumidoras de drogas era víctima de negligencia o de abuso físico, sexual o emocional.

Desde hace años, los expertos reconocen el alto riesgo de daño que pueden sufrir los hijos de mujeres drogadictas. Pero los pocos estudios disponibles eran de baja calidad y se desconocía, según McGlade, el alcance de ese riesgo.

"Cuando nacía el bebé de una mujer consumidora de drogas existía poca evidencia para guiar a los trabajadores de la salud y de protección infantil en la magnitud del riesgo que ese bebé enfrentaría por el consumo materno", dijo.

McGlade agregó que este es también el primer estudio que demuestra que a los niños les va mucho mejor cuando sus madres reciben metadona, un narcótico utilizado para tratar la adicción a los opiáceos, que cuando las mujeres consumen drogas.

MADRES DROGADICTAS
A diferencia de los hijos de mujeres bajo tratamiento con metadona, aquellos cuyas madres consumían opiáceos o anfetaminas tenían casi el triple de riesgo de sufrir negligencia, abuso o de pasar a un hogar sustituto.

Los resultados sugirieron que asegurarse de que las madres reciban un tratamiento efectivo contra la adicción ayuda también a proteger a sus hijos de todo daño, dijo McGlade.

El estudio incluyó a 119 bebés de mujeres consumidoras de opiáceos o anfetaminas o que recibían tratamiento con metadona. Se los comparó con 238 bebés de mujeres no consumidoras. El seguimiento duró alrededor de cuatro años.

El 52% de los hijos de mujeres adictas sufrió negligencia o abuso físico, emocional o sexual, a diferencia del 6% de los hijos de las mujeres no consumidoras (grupo control).

Un cuarto de los niños del grupo de mujeres adictas pasó a un hogar sustituto, a diferencia del 2% del grupo control.

Los resultados, dijo McGlade, apuntan a la necesidad de diseñar programas de crianza "específicos y orientados" a mujeres que consumen drogas. También sería muy bueno agregar servicios de planificación familiar a los programas de tratamiento de las adicciones, añadió.