A la sombra y con una sonrisa en la cara, Gabriel Schamberger realiza la espera del entrenamiento vespertino de Colo Colo, en el gimnasio de Boston College, en Maipú. "Este calor me tiene reventado", arranca quejándose el técnico del equipo cestero albo, que hoy comienza las semifinales de la Liga Nacional de Básquetbol ante su ex club, la Universidad de Concepción, el quinteto de mejor registro en la temporada regular del torneo.
El DT, proveniente de Bahía Blanca, afina detalles para enfrentar a los penquistas, contra quienes buscará, desde las 20.00 horas (ver recuadro), el primer triunfo en la serie al mejor de cinco encuentros.
Es un duelo especial para Schamberger. En su breve paso por el Campanil, en el primer semestre, como head coach (antes fue asistente de Jorge Luis Alvarez en los auriazules) el trasandino ganó todo: fue campeón de la Libcentro y de la Copa Chile. Sin embargo, al finalizar esos torneos, en septiembre, no le renovaron el contrato. Y, antes que se concretara su salida de la tienda universitaria, los rumores de un preacuerdo con Pablo Ares para reemplazarlo se multiplicaron.
"Son situaciones que se dan en el deporte. Uno puede estar o no de acuerdo, pero bueno… Los patrones decidieron que era mejor que asumiera otro entrenador", asegura.
¿Sentimientos encontrados?
No, para nada. No lo tomo como una revancha. Son situaciones que se dan en el deporte, y siempre está la opción de que ocurra. Lo tomo como algo lindo, que puede seguir potenciando mi carrera. Espero conseguir el paso a la final.
Su abrupta salida generó una pequeña crisis en el camarín auriazul, que tensó el ambiente durante un par de semanas.
Su salida fue muy repentina...
Sí. Fue sorpresiva. Nosotros estábamos organizando una presentación de trabajo con gente de la universidad. De pronto, nos citan a reunión y nos informan que no seguíamos. Por como se habían dado las cosas, no lo esperábamos. Fue un golpe, pero uno no debe quedarse con la cabeza gacha.
Después de dos meses de inactividad, Schamberger firmó en Colo Colo, tras la salida de Claudio Lavín. El bahiense reconoce que "en ningún momento pensé que se podía dar (volver a dirigir) a mitad de un torneo que es tan corto. Pero estoy muy contento por la oportunidad y los resultados".
Ahora, junto a sus pupilos, Schamberger espera que el Cacique le gane por primera vez esta temporada al Campanil, para soñar con la final de la LNB. Puede ser la más dulce venganza.