Desde que en algunas comunas de la Región Metropolitana se activó la vacunación contra la meningitis meningocócica, se extendió entre los padres una alerta que llevó a copar los centros de salud, para obtener la dosis o por sospecha de un posible contagio. Otros, en cambio, decidieron cruzar la cordillera para conseguir la vacuna en Mendoza.

Pero este estado de ansiedad no ha alcanzado a todas las familias, ya que hay quienes decidieron no vacunar a sus hijos, pese a que los menores están dentro de la edad beneficiada con dosis gratis. La razón más generalizada es que les temen a los efectos secundarios, aunque otros han argumentado problemas de información de parte de la autoridad.

Sobre los síntomas que puede traer este fármaco, Jorge Jiménez de la Jara, epidemiólogo de la UC y presidente del Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización (Cavei) del Minsal, explicó que "los padres no deben temer. Quizás habrá un enrojecimiento del brazo por el pinchazo. Pero existe consenso en que los efectos no son adversos de ninguna manera. Por lo mismo, el Minsal ha dado seguridad".

Marcela Potin, infectóloga de Red Salud UC, señala que se trata de una inmunización segura, "pero puede tener reacciones que son menores, como dolor en el sitio de inflamación, que no se extiende por más de dos días; dolor de cabeza y enrojecimiento en el brazo. Fiebre es difícil; de cada 100 niños, sólo dos presentan fiebre, mientras que uno de cada dos tiene dolor de cabeza o en el brazo".

Estos son justamente los temores de Cecilia Tafo, madre de Sebastián, de 13 meses, y de Antonia, de ocho años, quien ya decidió no vacunar, a pesar de que su pediatra le aconsejó hacerlo. "No niego que me da susto, pero no puedo tener a mis hijos dentro de una burbuja. Sé que la vacuna es muy invasiva".

Otros son los motivos de Camila Contreras para no vacunar a su hija Maithe, de 11 meses. "A todas las mamás se les da información distinta respecto de las fechas de vacunación, a los síntomas posvacuna, a la postura de la segunda dosis, etc. Entonces, ¿a quién le creemos?", señala, y agrega: "Estando con estas dudas, no arriesgaré a mi pequeña, y mucho menos le voy a poner a su cuerpo algo que no tengo idea qué es".

Algo similar explica Pamela Aracena, madre de Amelia, de tres años. A pesar de que su hija va a un jardín infantil de Ñuñoa, donde recibiría la vacuna contra la cepa W-135, decidió no inocularla, situación de la que está "muy convencida" y que evaluará hacerlo el próximo año. Agrega que en un momento se sentió presionada por su familia, por lo que decidió mentirles y les aseguró que su hija estaba vacunada. Tras esto, le escribió a su pediatra quien le respondió, "te felicito. Eres la primera mamá que tiene tanta lucidez".

A la fecha, sólo se ha reportado el caso de una niña de un año y 11 meses que, tras la vacuna, sufrió un desmayo y debió ser trasladada a un centro asistencial. "El ISP y el programa nacional de inmunizaciones han revisado el caso, y podemos decir que ella está en muy buenas condiciones. No tuvo ningún tipo de secuela", indicó Jorge Díaz, subsecretario de Salud.

Corte ordena vacunación

En otra materia, la Corte Suprema confirmó un fallo de la Corte de Apelaciones de Concepción que acogió un recurso de protección del Servicio de Salud de Talcahuano en contra de Desirée Becerra, que se opone a aplicar a su hija el plan regular de vacunación. La mujer señaló no haber sido notificada y explicó: "Hasta el momento, mi hija ha crecido y desarrollado como una niña sana".