Lucho Gatica invitado a cantar por el mismísimo Frank Sinatra. Congreso grabando un álbum de cumbia en los subterráneos de una boîte. O la ya a estas alturas legendaria discusión de Jorge González con Eduardo Gatti en el Café del Cerro. Estas historias son solo algunas de las que nutren Dulce patria: historias de la música chilena (Ediciones B 2017), el primer libro del columnista de La Tercera, Mauricio Jürgensen.
Tras una carrera de casi 20 años en medios de comunicación, calificando discos, anunciando conciertos y profundizando en distintas etapas de la escena nacional, el periodista asumió la conducción del programa de radio Cooperativa Dulce Patria en 2015, dedicado a la música chilena. Y fue allí donde vino la revelación: "Durante mucho tiempo trabajando en prensa, uno siempre esta en la búsqueda de la noticia, de la coyuntura musical. Y todas las otras conversaciones que tienes con los músicos, esas historias que siempre me interesaron, van quedando postergadas. Me pasó que todo lo que históricamente fue secundario por mi formación profesional, hoy día era el corazón de lo que quería rescatar", cuenta.
Si esa revelación fue el origen del texto -el que llega la primera semana de abril a librerías-, el siguiente paso fue elegir entre las más de 150 entrevistas que había hecho en el programa hasta junio de 2016, cuando comenzó la faena de escribir.
Y, en rigor, en las 212 páginas no hay solo conversaciones, sino más bien "un híbrido de ensayos, opinión, crónicas y anecdotario", dice el autor de 42 años. También se entrelazan las historias de 60 músicos locales, agrupados en nueve capítulos, bajos algunos géneros y temáticas específicas, como la renovada escena tropical y los desafíos del nuevo pop chileno, o asuntos más globales, como el proceso creativo de los autores y el ninguneo al cancionero romántico, esa expresión tan arraigada que este texto exhibe en su real dimensión.
"Me atreví a hacer algo más cruzado, porque el sustento de mi libro está en las entrevistas en la radio. La diversidad es parte de la identidad histórica del programa. Y también quería tomar una decisión editorial, la música chilena es Fiskales Ad-Hok, pero también es Palmenia Pizarro", reflexiona.
Violeta Parra es la única que logra un capítulo completo llamado Ultravioleta, espacio en el que además está una de las últimas entrevistas a su fallecido hijo y también músico, Angel Parra.
"Violeta, por mucho tiempo fue secuestrada ideológicamente. Era como un baluarte intelectual de cierto grupo, y creo que los músicos no merecen ese trato mezquino. Le pregunté a Angel Parra padre e hijo y a la Javiera, y ellos coinciden en que a Violeta hay que sacarla del museo y que tiene que sonar en todos lados".
En el lanzamiento del texto estarán como invitados dos hombres que corren por distintas veredas: la cantautoría de Manuel García y la cumbia de Américo, quienes preparan una sorpresa. "Simboliza el tono del libro, que es unir puentes entre distintos mundos", dice Jürgensen.
Pese a la variedad de estilos que aparecen en la obra, el periodista encontró puntos en común: "Hay hartos rasgos de esfuerzo, sacrificio, convicción, siempre hay historias de harta inversión. Pienso en Lucho Jara, que todo lo que ganaba en la tele lo invertía en la música. También hay cierta tendencia a la melancolía, a lo romántico, todo muy potente".