Después de que su debut de 2007 despachara dos temas como Time to pretend y Kids -alzadas como pequeños himnos generacionales durante la última década-, el cantante y guitarrista de MGMT, Andrew VanWyngarden, estableció sólo una respuesta posible cuando lo interrogaban por su segundo título: "No tendrá hits ni singles".
En efecto, luego de posicionarse como revelación del circuito estadounidense, detonar el aplauso de ilustres como Paul McCartney y de fabricar una psicodelia bajo melodías contagiosas y look que reverenciaba a la pachamama, el dúo se atrevió con Congratulations (2010), una producción llena de temas complejos, giros intrincados y cero benevolencia por el público radial.
Por eso, ahora, con su tercera entrega, la única pregunta posible es evidente: ¿mantendrán la búsqueda experimental que los llevó a descender las ventas y frenar un ascenso que parecía explosivo? La solución al acertijo empezó ayer, cuando el conjunto que completa el tecladista Benjamin Goldwasser subió su nueva producción, bautizada de manera homónima, al sitio musical Rdio, aunque su estreno oficial es el próximo martes 17. Ahí, sus seguidores advirtieron que la banda insistirá en caminar por la ruta más pedregosa, aquella distanciada de los sencillos de fácil propagación y que privilegia los detalles de producción, las atmósferas montadas de modo progresivo, los largos pasajes instrumentales de carácter cósmico y el protagonismo de sintetizadores.
De hecho, su propio líder ratificó que no pretenden renunciar a ese dogma: "Este trabajo presenta una aproximación diferente a las que habíamos hecho hasta ahora. Experimentamos más todavía, pero los resultados son más coherentes que nunca", describió en una entrevista con la revista española Mondosonoro.
Eso sí, en la misma conversación subrayó que MGMT jamás había tenido intenciones pop -es conocida la alergia de sus músicos a la figuración que rodea el circuito alternativo- y que siempre ambicionaron pura libertad creativa. De hecho, ambos se han encargado de desmentir que su sello, Columbia, los haya presionado para componer canciones más accesibles. "Nunca hemos sido una banda pop. Quizás alguno de nuestros primeros singles pudieron parecer lo contrario, pero siempre hemos sido lo que queremos reflejar hoy", remató VanWyngarden.
Un credo que retomaron a fines de 2010, fecha en que comenzaron a crear las 10 composiciones de la pieza homónima. Ellos mismos se encargaron de la producción, trabajaron de manera casi íntima en sus casas y sólo contactaron al productor Dave Fridmann, pequeño rey Midas de la nueva psicodelia que irrumpió en los 90 y cerebro tras The Flaming Lips o Mercury Rev.
Era el invitado idóneo para temas como Introspection (cover de Faine Jade, desconocida figura psicodélica de los 60)o Plenty of girls in the sea, claros saludos a la vida solista de Syd Barrett; o las texturas densas de Cool Song No. 2 o Mystery Disease. Es MGMT en su viaje más lisérgico.