En estricto rigor, el escenario pudo haber sido peor para Carolina Goic: el 2,1% de menciones que consiguió al menos le permitió ser incluida en el gráfico que el CEP desplegó con la intención de voto para los candidatos presidenciales.
Sin embargo, la diferencia de 22 puntos porcentuales que el sondeo marcó entre ella y Sebastián Piñera de cara a una segunda vuelta, y el resultado de Beatriz Sánchez casi acercándose al 5%, son noticias que aumentarán la presión al interior de la Democracia Cristiana y la Nueva Mayoría para al menos evaluar si la candidatura llegará a la papeleta en noviembre.
Aunque Goic y los impulsores de su candidatura han sido rotundos en señalar que estarán sí o sí en la primera vuelta, si las cifras son bajas comenzarán complicaciones: como la elección presidencial se da en simultáneo con las parlamentarias, para los aspirantes DC al Parlamento es relevante que la candidatura de la colectividad sea competitiva, sobre todo si se da el escenario de listas separadas al interior de la Nueva Mayoría.
Además, con los llamados a la unidad del bloque -encabezados por la propia presidenta Michelle Bachelet en la cuenta pública del jueves-, en la Nueva Mayoría se reavivó un escenario en que dirigentes del bloque buscan poner presión en la DC para bajar la candidatura y sumarse detrás de Alejandro Guillier.
El plazo límite es mediados de agosto, cuando las candidaturas deben ser inscritas de manera formal.
A favor de Goic está que el trabajo de campo del CEP comenzó cuando aún la DC no ratificaba oficialmente que su candidatura no iría a las primarias de la Nueva Mayoría. Pero los resultados suman ingredientes a una situación compleja de cara a las próximas semanas de campaña.