Durante las últimas tres décadas, Dweezil Zappa (45) ha lanzado seis discos como solista, ha colaborado con diversos músicos de renombre, fue presentador de MTV y tuvo apariciones en películas ochenteras. Pero en los últimos diez años, el mayor de los hijos hombres de Frank Zappa se ha dedicado casi exclusivamente a tributar a su padre con un espectáculo en vivo que suma cientos de presentaciones desde 2006 a la fecha.

El homenaje, bautizado como Zappa plays Zappa, llegará por primera vez a Chile el 17 de mayo, en el teatro Nescafé de las Artes que, debido a la buena respuesta del público, agregó una segunda fecha para el día siguiente. Un show que se enmarca dentro del ciclo Santiago Fusión -que en su segunda edición traerá también al bajista Tony Levin- y que esta vez homenajeará a uno de los discos más emblemáticos del legendario músico estadounidense: One size fits all, de 1975.

"Durante todo este tiempo hemos tocado mucho material de esa época, la que va de 1973  1979, que es mi era favorita de la música de mi padre. Yo siendo un niño vi cómo componía todas esas canciones y tengo una conexión con ellas, y ahora que se cumplen 40 años de ese álbum se me ocurrió tocarlo completo, algo que nunca hemos hecho", cuenta el guitarrista.

El tributo comenzó como un espectáculo de una sola fecha -junto a músicos como Steve Vai y Terry Bozzio- y luego se fue extendiendo hasta convertirse en una verdadera institución. Todo, "con el objetivo de educar e inspirar a las nuevas generaciones con la música de mi padre", según explica Dweezil.

Sobre el significado del famoso disco que viene a homenajear a Chile, considerado una obra inspirada por algunos, y una sátira al rock progresivo por otros, Zappa reflexiona: "No creo que mi papá se haya preocupado mucho de lo que el resto dijera de su música. Lo que sí sé es que en esa época él empezó a desarrollar las bases de lo que sería el resto de su carrera. Es cosa de ver una canción como Inca roads, por ejemplo, que combina partes muy apegadas a la partitura que escribió, con momentos de mucha improvisación. Quizás no todos saben que la improvisación era parte de la estructura de muchas de esas canciones. Allí empezó a desarrollar esta forma de hacer música, cuya idea es que la canción, una vez que la tocas en vivo, nunca suene igual".

El hijo de Zappa destaca que cuando partió con el homenaje hace diez años, el público en su mayoría eran hombres de 65 años y que hoy hay mujeres, niños y una nueva generación que conoce a su padre. "Durante todo estos años, mucha gente me habla sobre mi padre como una especie de artista excéntrico, como el tipo de las canciones divertidas y raras, de los hijos con nombres extraños (Dweezil es hermano de Moon, Diva y Ahmet Zappa), pero para mí esa idea no representa para nada su aporte a la música", concluye el guitarrista. "Con este proyecto queremos ir más allá de esos elementos de humor, y dejar que la música hable por sí sola y demuestre la diversidad y la complejidad instrumental de sus temas".