Las principales economías emergentes mostraron inquietud el viernes por los efectos indirectos de la turbulencia financiera global, pero esperan planear una acción conjunta para controlar las consecuencias en una reunión del G-20.

Una fuga de capitales desde Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, derivada de una esperada reducción del estímulo monetario de Estados Unidos, ha generado temores por la vitalidad de sus economías, que ya han perdido brillo.

El cambio de dirección del "tsunami monetario" -como Brasil definió al flujo de dinero barato por parte de las naciones desarrolladas- llevó a la presidenta de la nación sudamericana, Dilma Rousseff, a llamar a su par chino en junio para discutir una "acción coordinada" para compensar la fuerte apreciación del dólar.

"Todos los países del BRICS están preocupados por los efectos indirectos", dijo el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, luego de mantener charlas con el grupo de mercados emergentes.

Hay razones para que los BRICS estén preocupados. La salida masiva de capitales ha debilitado a la mayoría de sus divisas, incrementando las presiones inflacionarias y obligando a Brasil e India a reforzar la liquidez en un momento de bajo desempeño de sus economías.

Se suponía que la reunión de las 20 economías más importantes del mundo -agrupadas en el G20- sería el escenario para que los BRICS discutieran y propusieran medidas conjuntas para limitar las repercusiones por un dólar más fuerte.

Sin embargo, a diferencia del grupo de países más ricos del G-7, los BRICS siguen estando lejos de coordinar políticas monetarias y de intervenir conjuntamente en mercados de divisas. El viernes no se anunció ninguna acción conjunta.

Los BRICS sorprendieron a muchos cuando empezaron a trabajar en un banco de desarrollo y un fondo de reserva de US$100.000 millones para reformar la arquitectura financiera global, tradicionalmente dominada por las naciones ricas. Estas nuevas instituciones tardarán un tiempo en materializarse.

Un funcionario del BRICS en Moscú lo expresó claramente: "No hay discusiones al interior del BRICS sobre medidas para combatir un dólar fortalecido (...) Solo queremos fijar lo que ya acordamos".

Carlos Marcio Cozendey, viceministro de Finanzas de Brasil, dijo que la presión para iniciar acciones conjuntas había disminuido tras las garantías que dio el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, respecto a que el banco central no se apresurará a reducir su programa de estímulo monetario.

"Esperamos que la situación se normalice y que el mercado entienda mejor cuáles son las intenciones de las autoridades estadounidenses", declaró a periodistas.