Para Rodrigo Aravena, economista jefe del Banco de Chile, el anuncio de un aumento del gasto de 3,9% en el Presupuesto de 2018, implica que no se hizo un "esfuerzo adicional" en materia de consolidación fiscal, dado que -a su juicio- este erario "continúa con las mismas directrices de años anteriores". Por lo mismo, señala que si le preguntan si "hay esfuerzo adicional de una mayor consolidación fiscal, la respuesta es no".
¿Le sorprendió el alza de 3,9% del Presupuesto 2018, considerando que el mercado apuntaba a un 3%?
Cuando vemos que en un año existió un downgrade a la clasificación crediticia de Chile, que el gasto ha estado creciendo más que el producto, que cerca del 60% del total del aumento del ratio de deuda sobre PIB de los últimos 10 años ha ocurrido en los últimos tres años, hace evidente la necesidad de una serie de esfuerzos fiscales para estabilizar la deuda y que esta tendencia siga avanzando hacia adelante. Con estos antecedentes, y con el mejor estado cíclico que está teniendo la economía, había elementos que justificaban realizar un mayor esfuerzo de consolidación fiscal para el Presupuesto del próximo año.
¿Cree entonces que había espacio para un gasto menor?
Este anuncio de gasto no es consistente con un esfuerzo significativo de consolidación fiscal. El esfuerzo mayor de consolidación fiscal que se requiere en Chile se está postergando hacia el futuro.
¿Qué implicaba un esfuerzo mayor? ¿Una cifra en torno al 3%?
Sí, habían razones para justificar un crecimiento del gasto en torno al 3%. Chile tiene un tremendo desafío fiscal hacia adelante. Cuando vemos la evolución de los déficits fiscales, han aumentado en los últimos años, pese a la existencia de reforma tributaria y pese a los esfuerzos para reducir el crecimiento del gasto.
Hay quienes han apuntado a que no se ha respetado la regla fiscal...
Después de tantos años de persistencia de déficit tanto efectivo como estructural, sin haber utilizado los parámetros actuales, nos preguntamos si ese era un resultado esperable en la regla y la verdad es que no, porque lo que se espera al tener una regla fiscal es tener una deuda más estable de lo que hemos tenido y tener déficits fiscales más acotados. Por lo tanto, una cosa es si estamos sobreestimando ingresos -que sí se han sobreestimado-, pero todavía está pendiente la discusión de perfeccionar la regla. Sin lugar a duda, las cuentas fiscales van a representar un tremendo desafío para el país. Hay que discutir respecto a la regla fiscal, porque este resultado que hemos tenido no era el deseado al tener una regla fiscal.
A su juicio, ¿dónde se pudo haber recortado gasto para que fuera más acotado?
Más allá del recorte de gasto, creo que es más importante realizar un tipo de plan de largo plazo, realista, con modificaciones a la regla fiscal que sirvan de guía para no cometer errores que se han cometido en los últimos años, como plantear una convergencia fiscal donde el resultado final es terminar con un déficit estructural mayor a lo que se tenía. Con todo, cuesta entender cómo el Presupuesto del 2017 consideró un gasto creciendo un punto menos de lo que considera este Presupuesto, con una economía que está en una posición cíclicamente más débil de lo que vamos a tener el próximo año.
¿Cuál es el desafío de la próxima administración, a su juicio?
Si tuviera que resumir el desafío que tienen las próximas autoridades, diría que es crecer sin gasto. Porque Chile hoy tiene un nivel de deuda que, pese a la aceleración que ha tenido en los últimos años, es bajo. Estos niveles permiten realizar ajustes fiscales sin tener impactos muy dolorosos en la economía.