Tal como ocurrió en los últimos meses de 2010 y el tercer trimestre de 2011, este año la creciente pérdida del valor del dólar volvió a generar preocupación en el mercado cambiario.
En lo que va del año la moneda estadounidense acumula una depreciación de $36,7, caída que podría acentuarse en las próximas semanas debido a la mejora en las expectativas de recuperación de China.
Así lo explica el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosín: "El precio del dólar en Chile está bastante influido por el precio del cobre, y éste a su vez depende de la demanda de China. Hay una expectativa de que China se va recuperar en la segunda etapa del año y por lo tanto, el tipo de cambio cae. Por eso, no veo un dólar mucho alto del que tenemos en este momento, por el contrario las presiones podrían estar a la baja".
Esta coyuntura reavivó el debate sobre la posibilidad de que el Banco Central (BC) salga a intervenir el mercado cambiario y repita un programa de compra de divisas similar al del 3 de enero de 2011 cuando anunció compras por US$12.000 millones. Sin embargo, los expertos añaden un componente adicional y preponderante que mete aún más presión al Banco Central a la hora de decidir si acumula más reservas: La crisis de la zona euro.
Para el presidente del Centro de Regulación y Estabilidad Macrofinanciera de la Universidad de Chile, Guillermo Larraín, "es bastante probable que España en algún minuto del segundo trimestre o el cuarto trimestre haga algún tipo de reestructuración de su deuda.
También es probable que Italia entre en algún programa con el Fondo Monetario Internacional y no es muy claro cómo el mercado lo va a tomar. Ese evento, que puede ser muy chocante, debe hacer que las autoridades estén muy preparadas con una buena cantidad de medidas para eventuales problemas de temor en el sector financiero".
En este contexto, Larraín agrega que "si es que se detona esa tormenta perfecta afuera lo que va a ocurrir es que el déficit de cuenta corriente nacional puede deteriorarse mucho y muy rápido, por lo tanto sería conveniente tener harta plata para enfrentar esa situación".
La estabilidad de las cuentas fiscales, la buena política inflacionaria, la baja inflación y una buena política cambiaria hacen asimismo más factible una acumulación de reservas, añade el ex titular de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
TIPO DE CAMBIO REAL
El gerente general de Gemines, Tomás Izquierdo, dice que otro factor que presiona hacia una nueva operación de acumulación de reservas es que hoy el tipo de cambio real -que es la diferencia entre el dólar observado versus la inflación local y externa- se encuentra en un nivel similar al valor de la intervención cambiaria de 2011.
"La última vez que intervino el Banco Central el tipo de cambio real estaba en niveles similares a los actuales (87,34 puntos). Si el tipo de cambio se sitúa en términos observados por debajo de los $480 empieza a ser similar al que había en enero del año pasado", explica Izquierdo.
El economista, no obstante, dice que actualmente hay una sensación distinta al clima de la intervención del año pasado. "En esa oportunidad la presión que había de los sectores interesados, de los exportadores, era muy fuerte, hasta ahora no se ha visto una presión muy importante. Y el Banco Central pudiera guardarse ese instrumento si es que se exacerba esa presión a la baja hasta un tiempo más y no hacerlo ahora".
Con todo, los analistas concuerdan en que se sentó un precedente de que el monto de una compra masiva de dólares debe estar torno a los US$10.000 millones durante un año.