Detrás de una supuesta caída en su popularidad, de las acusaciones de corrupción hechas por su propio hermano e incluso de las protestas de indígenas y maestros, el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ve un denominador común: una conspiración para desestabilizar a su gobierno.

"Todo es parte de una estrategia que busca desestabilizar al gobierno; es impresionante la audacia de los grupos que siempre han querido sacarnos del poder", dijo Correa en una entrevista con BBC Mundo realizada en Londres.

"Hemos tenido una arremetida feroz de los grupos de poder de siempre, entre ellos los medios de comunicación", afirmó Correa, quien en varios momentos de la entrevista acusó a la prensa ecuatoriana de ser "corrupta", "nuestro principal oponente", "actores políticos" y de que "todos los días inventan algo".

Aún así, Correa dejó en claro que existe agitación en el país debido a las iniciativas que está tomando su gobierno.

"Tenemos varios frentes abiertos porque tal vez se cometió un error en la Asamblea Constituyente; ordenó esa asamblea en un año presentar quince leyes muy importantes, que afectan privilegios", explicó el presidente.

Entre ellas, la Ley del Agua -que ha tenido resistencia en algunos grupos indígenas y generado violentas marchas- y la ley de Educación Superior, rechazada por parte del sector educativo.

Lo que a Correa sí le provoca "una profunda pena" es la situación con su hermano Fabricio, un empresario que desde hace pocas semanas se ha transformado en uno de los críticos más acérrimos de su gestión.

Según afirman en el gobierno, Fabricio Correa tomó esta actitud luego de que fueran cancelados todos los contratos millonarios que tenía con el Estado, supuestamente a través de empresas fantasmas; algo ilegal según la ley ecuatoriana y de lo que Rafael Correa, según él mismo dice, no estaba al tanto.

"Uno no escoge a los hermanos", afirmó Correa. "(Mi hermano) está movido por el odio" agregó, y dijo que su familiar "nunca estuvo con el proyecto político", aunque luego admitió que Fabricio Correa sí participó, "en parte", de su campaña presidencial y que debió "ser separado".

¿"NARCODEMOCRACIA"?
En Ecuador hay mucha expectativa por el informe de la comisión, creada por el propio Correa, que tiene como objetivo investigar las circunstancias del bombardeo colombiano del campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano en marzo de 2008, en el que murió el tercero al mando de la guerrilla.

Ese bombardeo abrió dos frentes difíciles para Correa: primero, acusaciones de supuesta "connivencia" entre miembros de su gobierno y la guerrilla, acusada de financiarse con el narcotráfico; en segundo lugar, hizo añicos la relación diplomática entre Quito y Bogotá, que hasta el día de hoy no se ha recuperado.

Las conclusiones de ese informe podrían reflejar la preocupación que adelantó, hace pocos días, el presidente de la comisión, Francisco Huerta Montalvo, al afirmar que el país "se está convirtiendo en una narcodemocracia", ya que se ha hecho "cada vez más tolerante" al narcotráfico y que "todos los poderes del Estado" están siendo infiltrados por el tráfico de drogas.

Correa explicó que, en realidad, Huerta Montalvo se estaba refiriendo a la zona de frontera y que sus declaraciones fueron "sacadas de contexto".

Ecuador, afirmó Correa, "es el único país de la Comunidad Andina de Naciones que no tiene cultivo de drogas, es el país más exitoso en la captura de drogas y el menos indicado para convertirse en una narcodemocracia".

Sobre las relaciones con su vecina Colombia, Correa acusa al gobierno de Álvaro Uribe de "no haber cumplido con algunas condiciones" para restablecer el diálogo y admitió que ha surgido un "obstáculo" añadido.

Un tribunal ecuatoriano está juzgando el bombardeo -en el que murieron 26 personas- como un caso criminal y ha ordenado la prisión de algunos funcionarios colombianos, incluyendo al ministro de Defensa en el momento del ataque, Juan Manuel Santos.

En los acercamientos que ha habido entre los dos países, Colombia ha dejado claro que las relaciones no se restablecerán si ese caso no es abandonado y se pone freno a la "persecución" de sus funcionarios.

En la entrevista con BBC Mundo, Correa fue tajante: la independencia del poder judicial en su país no le permite suspender un caso.

ECOLOGIA Y RUSIA
Al inicio de la conversación con BBC Mundo, Correa hizo un breve balance del Proyecto Yasuní-ITT, la iniciativa ecológica que vino a promocionar en conferencias y charlas en la capital británica.

La propuesta ecuatoriana consiste en convencer a países industrializados para que paguen a Ecuador unos US$3.000 millones a cambio de que -para preservar el medio ambiente- no se exploten unas reservas petrolíferas enormes en la Amazonía ecuatoriana.

"El balance a nivel de expectativa (del proyecto) es extraordinario", aseguró Correa. "Ya en cosas concretas, como cuántos países se han comprometido a contribuir financieramente con la iniciativa, creo que recién estamos en ciernes. Falta mucho para lograr lo que queremos con la iniciativa", aclaró, ya que en los cerca de dos años que la iniciativa lleva, sólo se ha logrado un compromiso de Alemania.

El presidente también tuvo tiempo para desmentir una versión publicada esta semana por un periódico ruso que afirmaba que, durante su visita a Rusia que comienza este jueves, Correa estaría dispuesto a reconocer la independencia de las regiones de Abjasia y Osetia del Sur, uniéndose así a Venezuela, Nicaragua y Rusia.

"Eso no es tan correcto; yo voy a hablar de eso con el presidente (Dmitri) Medvedev y el primer ministro (Vladimir) Putin", dijo Correa al concluir su entrevista con BBC Mundo.