Un muchacho colorín, su guitarra y un look bonachón que parece escapado de una convivencia parroquial. "No es excesivamente agraciado en lo físico, sus canciones no inventan la pólvora y prescinden de producciones seductoras, así que ¿cómo logró dejar atrás el circuito callejero?", se preguntaba el pasado martes el diario español El Mundo tras ver a 11 mil enfervorizados fans que repletaron su último show en Madrid y que, de paso, se adhirieron al suceso del último gran elegido del pop corporativo: el cantautor inglés Ed Sheeran (23), quien, precisamente con esa semblanza austera y sin estridencias, se ha convertido en uno de los créditos más populares de la temporada.

Con esos antecedentes, y en el mejor minuto de su aún concisa trayectoria, el músico ya cerró su debut en el país. Según DG Medios, el concierto será el jueves 23 de abril en el Teatro Caupolicán, con un espectáculo que repasa las composiciones de sus dos únicos discos, bautizados de modo tan sobrio como su propuesta: +(2011) y X (2014).

Albumes cuyos pergaminos son bastante más expresivos que sus títulos. Por ejemplo, su última entrega es la producción de más rápida venta en Gran Bretaña en lo que va del año, despachando 180 mil ejemplares en cinco días. Además, estuvo ocho semanas consecutivas en el número uno de los charts de su país, números que no se reportaban desde que otra multiventas, Adele, editó en 2011 su álbum 21.

Sus cuatro shows de octubre en el arena 02 de Londres se agotaron en minutos, lo que sumó a varias nominaciones recientes a galardones como los Grammy (estuvo en las candidaturas de Canción del año y Mejor nuevo artista) y los Brit Awards.

Por otro lado, sus cifras son proporcionales al volumen de sus relaciones. Con una fórmula donde la sensibilidad acústica va por el mismo carril de las vocalizaciones de inspiración hip hop y las pretensiones bailables del R&B, Sheeran se ha ganado los elogios de peces gordos como Bob Geldof y Elton John (cantaron juntos en los Grammy de 2013), mientras que su currículum anota composiciones para sus coetáneos más célebres, One Direction y Taylor Swift.

Aunque sí de compadrazgos se trata, hay que girar en reversa y observar sus orígenes: cuando hacia 2010 ya acumulaba seis EP, el actor Jamie Foxx lo invitó a su espacio radial en Los Angeles, lo que le valió un inmediato contrato con Atlantic Records. Sing, quizás el mejor tema de X, cuenta con los coros y la producción de Pharrell Williams, el rey Midas tras las perillas del pop mundial, aunque, al final de día, Sheeran no necesita demasiada compañía: sus últimos conciertos lo muestran solo con su guitarra, disparando loops y sonoridades desde un juego de pedales y remplazando las percusiones con golpes soltados sobre su propia guitarra.