A seis meses del referéndum sobre la independencia de Escocia, el Gobierno de Edimburgo dio a conocer hoy el proceso legal para la entrada en vigor de su Constitución escrita, que definirá valores y responsabilidades de los escoceses.
El ministro principal escocés, Alex Salmond, ha prometido que la región tendrá su ley fundamental después del 24 de marzo de 2016, la fecha señalada para que Escocia sea Estado independiente siempre que prospere el referéndum del próximo 18 de septiembre.
En un discurso hoy en la Universidad de Cardiff (Gales), la "número dos" del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, prometió publicar este verano el borrador del proyecto de ley relativo a la Constitución provisional y anticipó que la definitiva será "del pueblo y para el pueblo", en la que se dejará claro cuales son los valores, las libertades y las responsabilidades de los escoceses.
"Una Constitución escrita es una parte importante de la identidad de una nación", agregó Sturgeon, que recordó que el Reino Unido es el único país de la Unión Europea (UE) sin Constitución escrita, algo que una Escocia independiente no quiere repetir.
El borrador, que será sometido a consulta de los partidos antes de que el proyecto de ley sea definitivo, especificará el proceso que tendrá Escocia para aprobar el documento provisional después de un eventual triunfo del plebiscito.
Así, en caso de que los escoceses acepten la independencia el 18 de septiembre, el Gobierno de Edimburgo introducirá en el Parlamento de Holyrood el proyecto de ley sobre la Constitucional provisional, que estará vigente hasta que Escocia tenga una definitiva.
La Constitución definitiva será fruto del trabajo que haga una convención que creará especialmente el nuevo Gobierno que resulte elegido en mayo de 2016, la fecha prevista para que Escocia tenga sus primeros comicios como Estado independiente.
"Quiero que todo el mundo en Escocia considere quiénes somos y lo que podemos hacer", afirmó hoy Sturgeon.
Los planes de los nacionalistas en materia constitucional se conocen en momentos en que el apoyo a la independencia ha subido en las últimas encuestas de opinión hasta alcanzar el 40 %, frente al 45 % de los que prefieren mantener la unión con el Reino Unido.
"La independencia no es un argumento histórico, es lo opuesto, es una oportunidad viva y vital para trazar nuestro curso, que nos dé el poder para determinar nuestro propio futuro y construir el tipo de país del que todos podamos estar orgullosos", resaltó la "número dos" del Gobierno de Edimburgo.
Según afirmó, una Constitución escrita es "una parte importante" de la identidad de un país, pues resalta los valores de un pueblo.
"La pieza angular de la democracia escocesa es que la soberanía se apoya en el pueblo", puntualizó Sturgeon.
La "número dos" explicó también que el borrador sobre el que se está trabajando debe ser "inclusivo", pues deben estar representadas todas las comunidades que viven en Escocia.
"Creo que el proceso de redactar nuestra Constitución le dará energía a la gente en todo el país y la inspirará, mujer y hombre, joven y anciano, rural o urbano, gente de todas las comunidades que hacen la Escocia moderna", resaltó Sturgeon.
En las últimas semanas se ha intensificado la campaña de cara al referéndum y el Gobierno británico ha alertado sobre las consecuencias económicas de la eventual independencia.
Londres insiste en que una Escocia independiente no podrá conservar la libra esterlina, como quiere Salmond, y estima que tendrá dificultades para negociar su ingreso en la Unión Europea.
El 24 de marzo es el aniversario de la firma del Acta de Unión, que define los términos de unión entre Inglaterra y Escocia desde 1707.