Edith Piaf, la voz y el mito
En París fue exhibido el archivo de la diva francesa que el 19 de diciembre habría cumplido 100 años. Chile se suma a los homenajes. Conócelos aquí.

La vida la mantuvo sobre una cuerda floja por 47 años. Decía que no se arrepentía de nada, que su historia no era la de una mujer cualquiera desde el inicio: la leyenda dice que Edith Piaf fue a nacer en una esquina parisina, y que dos policías asistieron el parto. Lo contaría una y otra vez ante amigos, amantes y la prensa. Pero, en realidad, Edith Giovanna Gassion llegó al mundo el 19 de diciembre de 1915, en el Hospital Tenon, en París, y el solo hecho de que su versión refutara su propio acta de nacimiento convirtió su vida privada en un mito. Inspiró obras teatrales e incluso una película, pero este año, cuando se cumple un siglo de su natalicio, aún restan episodios por esclarecer.
Con motivo del aniversario, la Biblioteca Nacional de Francia (BnF) organizó una exposición de sus objetos personales, entre grabaciones inéditas, partituras, cartas, uno de sus vestidos favoritos y hasta las estatuillas del Oscar y el César a Mejor actriz que recibió Marion Cotillard en 2007 por su rol de Piaf en La vie en rose. La muestra, que abrió hasta el 23 de agosto, revolvió el baúl de los recuerdos de La Môme (gorrión en francés), el apodo con que la diva francesa fue bautizada en 1935.
Se sabe que su madre fue una cantante callejera italiana y prostituta ocasional que amanecía borracha en la entrada de bares de mala muerte. Que sus vicios la obligaron a dejar a su hija a cargo del padre, Louis Gassion, un acróbata que poco y nada sabía de cómo cuidar a un hijo. Y que, al poco tiempo, Edith fue a parar donde su abuela Louise, dueña de un burdel en Lisieux. Años más tarde, en su autobiografía Mi vida anotó: “Esa educación no me hizo muy sentimental… Pensaba que cuando un muchacho elegía a una muchacha, ésta no debía rechazarlo. Creía que las mujeres debían comportarse de esa manera”.
Ya lejos de los prostíbulos y circos ambulantes, a los 14 años dejó a su padre para buscarse la vida cantando en los cabarés de Pigalle. Dos años más tarde parió a su única hija, Marcelle, que murió a los dos años y medio de meningitis. A los 20, ojerosa y hambrienta, un empresario llamado Louis Leplée la vio cantar en la calle. Con él grabó su primer disco, Les mômes de la cloche. Piaf supo lo que era el éxito, pero muy pronto su mentor fue asesinado y volvió a quedar sola. Fue, sin saberlo, el despegue de su carrera.
Allí, en Montmartre, donde la artista vivió años de soledad, se ambienta la primera parte de Piaf, el espectáculo, un musical de 110 minutos que estará desde mañana y hasta el domingo en el Teatro Municipal de Las Condes. “Hoy es considerada patrimonio universal de la música, pues ella representa en todo el mundo a la cultura francesa, su estilo de vida, París, y el Montmartre de esos años”, dice Anne Carrere, la cantante que sube al escenario convertida en la intérprete de Padam, Milord y tantas otras canciones, rodeada de músicos frente al piano y un acordeón.
El musical, que en su segundo tramo muestra a la Piaf icónica, bajo un solo foco, erguida sobre su metro 47 centímetros de estatura y desgarrándose entera, repasa casi 40 títulos de su repertorio de más de dos décadas. Tras su debut en Niza y México en agosto de 2014, el centenario de la artista sumó nuevas fechas. “Vamos a realizar más de 100 conciertos, y ya hay más de 40 vendidos en Brasil, Broadway, Washington, Boston, Montreal, Moscú, Zurich, Budapest, Varsovia y tantos otros lugares”, cuenta Carrere. El 19 de diciembre, en tanto, día en que Piaf nació hace 100 años, el montaje retornará a París. “Su música habla acerca de la vida y el amor como una vía de escape a una historia tortuosa. Incluso, si las nuevas generaciones no llegasen a conocerla, podrían llegar a hacerlo a través de su música y su voz”.
La cantante, fallecida el 10 de octubre de 1963 de un cáncer hepático, despertó también el interés de creadores locales: los hermanos Visnú y Gopal Ibarra (Víctor sin Víctor Jara) junto a Annie Murath, quien en 2013 dio vida a la artista gala en el musical Piaf, recordarán también a la intérprete de Je ne regrette rien. El 19 de diciembre, en el GAM, el proyecto Coros Ciudadanos pondrá el eje en tres mujeres que alzaron la voz en años difíciles. “Se llamará Revolucionarias, y pone en escena a Simone de Beauvoir, Piaf y Gladys Marín”, cuenta Gopal Ibarra. “Serán siete canciones de Piaf y otras del canto latinoamericano interpretadas por más de 50 voces femeninas”, dice Murath, quien además interpretará un solo. “Su aniversario no es más que una anécdota, pero su música y vida son razones de sobra para recordarle”, agrega, “Piaf cantó al amor en tiempos en que nadie creía en el amor, y eso, ante cualquiera, es un elemento contestatario y de profunda revolución”.
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