Las ambiciones de Edmundo Olfos, entrenador de la selección nacional de seven, son latentes; sabe adónde quiere llegar, pero entiende que los Cóndores deben recorrer un largo camino de perfeccionamiento.

Igualmente está feliz, luego de la obtención de la Copa de Plata en Punta del Este, con victorias ante Canadá (19-17), Colombia (28-5), Uruguay (19-12) y Estados Unidos (19-7), y derrotas sólo ante Fiyi (7-24) y Argentina (0-29), a la postre campeones y subcampeones del torneo.

El próximo sábado deberán comenzar a completar la tarea, participando en el Seven de Viña del Mar, que repite a nivel de selecciones a las mismas escuadras que jugaron en Uruguay.

"El objetivo es llegar al clasificatorio de Hong Kong, donde uno se juega la posibilidad de meterse en la elite del seven, porque sólo participan las mejores 16 selecciones del mundo", dice el viñamarino, ex seleccionado de rugby quince y de la modalidad reducida.

Olfos, independientemente del resultado en Uruguay, explica que lo mejor fueron algunos aspectos técnicos: "El mismo Bernard (el francés Charreyre es el head coach de la federación chilena) quedó impresionado por la actitud en defensa, por la agresividad que mostramos en el punto de contacto".

También destaca que "el equipo aprovechó las oportunidades que se le presentaron en cada partido. En las derrotas hizo un muy buen juego ante Fiyi, especialmente en el primer tiempo; sólo ante Argentina bajó el nivel, pero es un proceso de aprendizaje".

Al respecto, comenta que de los 12 seleccionados chilenos, ocho eran virtualmente novatos a este nivel, apoyados por la experiencia del capitán Felipe Brangier (PWCC) e Ignacio Silva (Stade Français).

"Planteamos nuestro torneo en Punta desde la perspectiva del partido a partido. Nunca hablamos de alcanzar un tercer lugar, pero el equipo estuvo muy bien en términos generales. Ahora igualmente hay muchas cosas que corregir", explica.

En el plano táctico, sostiene que las diferencias de biotipo respecto de canadienses, fiyianos o estadounidense se vio compensada en muchos momentos por la habilidad. "Son jugadores de muchas destrezas y con gran velocidad, pese a que son más chicos que la mayoría de los rivales", especifica. En esta línea destacan, por ejemplo, Marcelo Torrealba y Benjamín Devidts, ambos de Old Boys.

El aspecto más relevante, en términos de proyección, fue haber vencido a los Teros, en cuartos de final. Ese triunfo les permitió a los chilenos dejar atrás a la principal amenaza en la búsqueda del premio mayor: uno de los dos cupos que se disputan para ir a Hong Kong, además de las invitaciones a Las Vegas y Vancouver.

"Sabíamos que era importante alcanzar el tercer lugar, porque ahora logramos un buen colchoncito de 17 puntos, contra 12 de los uruguayos y eso nos deja muy bien para ir a Viña con ventaja", dice Olfos, pues el sistema de clasificación le da el pase a los tres torneos mayores a quien acumule mayor cantidad de puntos en Punta del Este y Viña del Mar. Y todo parece óptimo para los Cóndores.