Los arándanos y los berries unieron a los empresarios chilenos Eduardo Elberg e Ignacio del Río. Ambos compartían la propiedad de la frutícola Vital Berry, hasta que en octubre de 2012 fusionaron la exportadora con Hortifrut. Hoy, en conjunto, tienen el 21% de esa firma y son parte del pacto controlador.

Hace unos meses, Elberg -ex dueño de la cadena de supermercados Santa Isabel- y Del Río -uno de los siete hermanos Del Río Goudie, que junto a la familia Cúneo Solari integran el grupo controlador de Falabella- decidieron profundizar esa relación comercial. Esta vez, escogieron Perú como destino de inversión.

Ignacio del Río, a través de su family office Inversiones Torca, ingresó con el 37% a la sociedad Algeciras Inversiones, el holding que agrupa todas las inversiones de Elberg en el vecino país, con excepción del área de bodegaje y automotriz.

"Fue una invitación nuestra. Compartimos valores y una visión de negocios. Es un socio conocido con el que nos unen varias cosas. Hay un afiatamiento perfecto de intereses; él quería diversificarse y crecer, y nosotros teníamos el objetivo de seguir creciendo en Perú, sin necesariamente aumentar nuestra exposición", explica Andrés Solari, gerente general del holding Algeciras.

La asociación está circunscrita a Perú, aunque el acuerdo es de amplio alcance y no está acotado a ningún negocio o rubro en particular. "Exploraremos todos los ámbitos, estamos abiertos a analizar distintas áreas de negocios. Dependerá de las oportunidades que encontremos", subraya el ejecutivo, y menciona que hay sectores que les resultan naturales a los socios como, por ejemplo, el agrícola, inmobiliario, financiero y automotriz, donde ya tienen presencia.

Los proyectos que vienen

Por lo pronto, uno de los rubros que los socios ya tienen definido abordar es el de activos para renta, una actividad todavía incipiente en territorio peruano.

En esa línea, tienen en carpeta el desarrollo de strip y power centers (pequeños centros comerciales), adelanta Solari. En Chile, precisa que hay 1.200 supermercados y en Perú existen 200 para una población de 30 millones de habitantes, "por lo que buscamos desarrollar activos de renta comercial anclados con supermercados".

Estas iniciativas están pensadas para atender a la clase media emergente del vecino país y, por lo mismo, estarán emplazadas en Lima y también en ciudades regionales de Perú, detalla Solari.

Otra área de negocios que tendrá una gran actividad en el portafolio de Elberg y Del Río es el sector inmobiliario y hotelero.

En la actualidad, Algeciras Inversiones posee un banco de terrenos ubicado en el sur de Lima, que suma alrededor de 300 hectáreas urbanas emplazadas en el sector denominado Punta Hermosa.

Ahí, el objetivo, precisa Solari, es desarrollar una especie de ciudad satélite, que albergará a más de 50 mil personas. El equipamiento combinará un sector habitacional, otro comercial, además de servicios para salud y educación, entre otros. El master plan está pensado para ejecutarse a 20 años plazo, detalla. Hoy, el proyecto se encuentra en etapa de conceptualización y diseño.

Algeciras también tiene otros dos terrenos disponibles en la capital peruana, en los cuales pretende desarrollar proyectos -ya aprobados- para edificar hoteles cuatro estrellas. Estos se levantarán en los distritos de San Isidro y Surco. Los establecimientos tendrán entre 150 y 180 habitaciones cada uno.

"Hay hartas cosas por hacer en Perú, un país donde están claras las reglas del juego y el cual no es complejo en materia impositiva", destaca Solari.

Pionero en Perú

Para Elberg, Perú es un destino más que conocido y probado. Fue uno de los primeros empresarios chilenos en apostar por ese país. Lo decidió en el verano de 1992, mientras estaba en su casa de Licán Ray viendo televisión. Entonces, los canales informaron que habían capturado a Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso.

En ese momento, cuenta el mismo Elberg, sintió que en Perú se había producido un punto de inflexión, que a partir de entonces iba a cambiar el rumbo del país, tras atravesar por una profunda crisis económica y también política.

En marzo de ese mismo año, el empresario tomó su avión y junto a su plana ejecutiva viajaron a explorar posibles negocios en los cuales invertir. Fue así como comenzó instalando la cadena de supermercados Santa Isabel en la capital peruana y de ahí nunca más se detuvo.

Por el contrario, con los años fue aumentando su presencia en el vecino país, "una posición que hemos definido de largo plazo, que no es una apuesta oportunista ni coyuntural y donde hemos estado presentes y viviendo todos los cambios sociales y políticos del país. No nos sentimos como inversionistas extranjeros, nos sentimos como en casa", enfatiza Solari.

Elberg resume así su trayectoria empresarial en el vecino país. "Hemos sido pioneros en Perú. Empezamos cuando terminó el terrorismo, detectamos una oportunidad de colocar supermercados y desde entonces hemos crecido hacia otros rubros. Tenemos una gran confianza en el país", afirma.

En efecto, hoy Perú es parte relevante del desarrollo de Algeciras, mercado que representa el 25% del negocio del holding, acota Solari. Si bien el primer pie en territorio peruano lo pusieron en los años 90, la etapa de mayor crecimiento para el grupo se produjo a partir de 2009, cuando entraron a los rubros de infraestructura logística, automotriz e inmobiliario. En casi todos esos negocios participan en asociación con terceros.

Desde 2009, Algeciras opera en el negocio del bodegaje en ese país, donde lideran en el rubro. Está presente a través de BSF Almacenes del Perú, una sociedad en partes iguales que comparten con Bodegas San Francisco (BSF), ligada a las familias Barros, Silberberg y Salvatierra.

A la fecha, Algeciras y sus socios tienen sobre el 50% del mercado del bodegaje, han invertido alrededor de US$ 300 millones y cuentan con una cartera de más de 200 clientes. Poseen 500 mil metros cuadrados de bodegas techadas y acaban de lanzar el que será el centro logístico más grande y moderno de América Latina: Portada de Lurín Sur. En éste invertirán US$ 550 millones y contará con 1,5 millones de metros cuadrados de almacenes techados.

El negocio de las bodegas factura en torno a los US$ 30 millones anuales, indica Solari.

Otras líneas

Una segunda área de negocios para el grupo en Perú es el retail automotriz, donde están desde 2010.

En ese mercado operan con dos sombreros. El primero, LimAutos, un joint venture en partes iguales con SK Bergé. La firma tiene una red de 14 locales en Lima, donde comercializan las marcas Kia, Mitsubishi, Fiat, Chery y MG. "Cuando entramos al negocio se vendían 70 mil autos nuevos al año, hoy se venden del orden de las 170 mil unidades, en un país con 30 millones de habitantes. El potencial de crecimiento es enorme, el que vendrá asociado al desarrollo del país", resalta Solari.

En paralelo, desde 2012 Algeciras opera AutoSummit, concesionaria de Ford. Un negocio, a todas luces, floreciente y auspicioso para el holding. "Entre ambas sociedades, facturamos del orden de los US$ 200 millones al año", añade Solari.

El inmobiliario y hotelero también son rubros dinámicos para el grupo. A través de Inversiones La Rioja -donde Algeciras participa con las familias peruanas Benavides, De Aliaga y Brazzini-, gestiona los hoteles JW Marriott Lima, JW Marriott Cusco y Courtyard Miraflores.

Con un capital perteneciente 100% a Algeciras, el grupo, además, opera el Hotel Foresta, ubicado en la capital peruana. Junto con ello, posee activos destinados para renta, como placas comerciales y edificios de oficinas, que suman 20 mil metros cuadrados.

Algeciras también participa en Hoteles Atton, que tiene un establecimiento en el distrito limeño de San Isidro. Y en el rubro agrícola, con Hortifrut, posee plantaciones de arándanos en el norte peruano, específicamente en las ciudades de Trujillo y Chiclayo.

El propio Elberg reafirma el atractivo del país: "Perú tiene un gran potencial y muchas oportunidades para crecer. Estamos aquí hace más de 20 años y vinimos para quedarnos".