Sergio Micco y Eduardo Saffirio, autores del documento "Conciencia y Comunidad en un partido político", provocaron un intenso debate al interior de la Democracia Cristiana. Esto, pues los directivos del Centro de Estudios del Desarrollo -organización ligada a la falange- defendieron el acatamiento a los acuerdos emanados de la del V Congreso Ideológico de la DC que, entre otras cosas, rechaza la idea de legislar sobre el aborto terapéutico.
Lo anterior se contrapone a la "libertad de conciencia" defendida por algunos parlamentarios DC para enfrentar el proyecto que despenaliza la interrupción del embarazo bajo las tres causales establecidas por el gobierno; inviabilidad fetal, violación y riesgo de vida de la madre.
El punto polémico es que, además, el texto de Micco y Saffirio plantea la posibilidad de la "expulsión" de la colectividad a quienes no se sometan a las definiciones de la tienda.
Ayer, Sergio Micco, dijo a radio Cooperativa: "Uno tiene que atenerse a las consecuencias de violar un acuerdo democrático en una institución a la cual pertenece (...) la DC no ha acordado libertad de conciencia".
En tanto, el director del CED, Eduardo Saffirio, dijo a La Tercera: "Yo entré a un partido y no a una montonera, y estaba obligado a respetar definiciones doctrinarias y políticas en distintos niveles. Y lo que veo ahora es que la desinstitucionalización es tan grande, que vamos a un crecinte chipe libre bajo el bello rótulo de la objeción de conciencia", señaló.
El documento generó rechazo dentro de algunos parlamentarios DC.
El chipe libre favorece a quienes son los verdaderos señores feudales dentro del partido, que son senadores y diputados, los que han reaccionado de una manera grotesca e, incluso, cómica. Se victimizan y dicen 'ah, Micco y Saffirio nos quieren quemar en la hoguera de la inquisición. Nos están amenzadando a nosotros, los objetores de conciencia'. Pero si han hecho lo que han querido durante todos estos años en sus distritos y circuncripciones, todo el mundo lo sabe. En el documento no se plantea expulsar a nadie.
Pero lo plantea expresamente como una posiblidad.
Por supuesto, una posibilidad última. Si no se quiere acatar una norma, queda la posiblidad de abandonar la organización de carácter voluntaria. No se puede pretender no respetar los acuerdos y que, además, no los sancionen. Eso es el desparpajo, no pasa ni en la anarquía.
Los diputados acusan que el documento los presiona.
Es un llamado al orden a los individualistas patológicos, un recuerdo que deben responder ante la historia y los acuerdos de los partidos. Esto es el hilo negro, no hay novedad en lo que estoy diciendo.
Y si los legisladores DC finalmente son expulsados, ¿No sería un daño para el partido?
Nadie quiere que pase eso. Si ellos no están de acuerdo con la normativa vigente, tienen el legítimo derecho para que se activen las instancias correspondientes que reviertan esas decisiones.
La despenalización del aborto en tres causales es una promesa de campaña ratificada en el programa de gobierno.
Pero hay una cláusula expresa en esta materia, advirtiendo que se podría llegar a una colisión entre los postulados de la DC frente al programa de gobierno. Y en ese caso, ¿qué es lo que prima? ¿Las definiciones de un partido o el programa de gobierno? El programa de gobierno debe ser coherentes con las definiciones de los partidos y no al revés.
¿Entonces el gobierno no debería extrañarse de que los legisladores DC rechacen el proyecto?
Este proyecto va a provocar mucho ruido en la DC y la Nueva Mayoría. No había necesidad de ir al kinder garden para prever que esto iba a ocurrir.
Finalmente, ¿cual es su postura personal frente al aborto?
Estoy con lo que establece el congreso vigente en materia de aborto terapéutico; no es necesario legislar, salvo la despenalización en caso de violación, pero en un proyecto distinto al que conocemos.