Eduardo Vargas ya convenció a Juan Antonio Pizzi. Luego de convertir dos goles ante Panamá, en la victoria que le dio la clasificación a la Roja a cuartos de final de la Copa, el futbolista volvió a posicionarse como el centrodelantero que tanto se buscaba en la Selección.
Pero, justo cuando empieza a retomar el nivel que lo tiene entre los artilleros históricos de la Roja, sufrió un golpe duro: su madre, Pamela Rojas, sufrió un infarto cardiaco. Permanece internada en el hospital San Juan de Dios, donde, después de llegar grave, lograron estabilizarla. Luego la sometieron a una cirugía para destapar dos arterias obstruidas.
Vargas seguirá con sus compañeros en Estados Unidos. Desde Santiago le han enviado señales tranquilizadoras. El atacante instruyó a su agente, Cristián Ogalde, para que siga la evolución de su pariente. El padre homónimo del jugador llegará en las próximas horas a Chile, ya que se encontraba siguiendo la campaña de su hijo en EEUU. Rojas permanecerá internada por los próximos cuatro días.
Horas antes, el ariete disfrutaba de su resurrección futbolística. "El gol no fue sólo importante para mí, también es importante para la confianza del equipo. Somos los campeones de América. Es cierto que no hemos mostrado el nivel de antes, pero la victoria ante Panamá nos ayuda a retomar lo que veníamos haciendo", dijo el ex delantero de la U, una vez sellada a la clasificación.
Atrás quedó su opaca participación ante Argentina, que lo llenó de críticas en el debut de la Roja y que lo relegó al banco en el enfrentamiento ante Bolivia.Hoy, en San José, el santafesino siente haber comenzado a recuperar a uno de sus hombres clave. Mauricio Pinilla, en tanto, perdió terreno.
En los últimos días, Macanudo y su cuerpo técnico se han encargado de mantener motivado a Vargas. Han sostenido conversaciones individuales y las felicitaciones, luego del encuentro ante Panamá, no demoraron en llegar: "A Eduardo le sirvieron mucho los goles que convirtió. Se sacó presión y está mucho más relajado", dicen desde la concentración.
A Vargas, el cuerpo técnico, lo conoce desde su paso por Valencia, por lo que la relación es cercana. El gusto de Pizzi por su juego es conocido. A tal punto, que cuando dirigió a Universidad Católica, en 2010, quiso llevarlo a San Carlos.
Al oriundo de Renca se le ve con otra disposición, más aún cuando en la práctica de ayer ensayó como 9 titular. Los gritos de Manuel Suárez, ayudante técnico, nunca dejaron que bajara los brazos: "Bien Eduardo. Eso es. Eso es lo que queremos", se escuchó en la cancha de la Universidad San José.
En la práctica, que duró cerca de 90 minutos, Turboman se ubicó en el centro del área y, en algunas oportunidades, alternaba la posición con Pinilla. Recibía centros desde la derecha y desde la izquierda, teniendo la misión de finiquitar. Su marca fue destinada a Gary Medel, quien recibía las instrucciones de Claudio Bravo.
Juan Antonio Pizzi sonríe en San José. Vargas, luego de su gran actuación ante Panamá, parece haber ayudado a solucionar la falta de gol que tanto complicaba a la Selección.