SEÑOR DIRECTOR
Actualmente se discute un cambio en la estructura de la educación pública escolar, para pasar de 345 municipios a 70 Servicios Locales de Educación (SLE) en casi una década. Así se abre la posibilidad de que algunoa municipios queden fuera del rediseño. Sin duda, hay que cuidar la gradualidad del traspaso del nivel municipal a los Servicios Locales de Educación, junto con no perder la perspectiva de la meta final. Chile necesita un sistema público renovado y con bases sólidas, para otorgar una educación de calidad con variables propias del siglo XXI: habilidades para el trabajo en equipo, pensamiento crítico, creatividad, valoración de la diversidad, compromiso con la sustentabilidad, entre otras. Estas metas educativas representan los desafíos de calidad que los SLE necesitan lograr con todos sus estudiantes. Decidir cuáles municipios quedan dentro o fuera en el período de transición requiere mirar más allá de los resultados que entrega el Simce.
Una revisión internacional realizada en nuestra universidad indica que al iniciar el proceso de cambio los países deben contar con una ruta clara y definida en cuanto a niveles y actores que son parte del proceso, con un plan claro de transición y metas objetivas, evitando crear climas de inseguridad.
Por lo anterior, resulta complejo el estado de los acuerdos en la discusión legislativa. Este levanta una alerta importante respeto del diseño institucional, al dar espacio para que exista la posibilidad de que al final de la transición puedan coexistir dos sistemas públicos de educación. Una situación como esa profundizaría nuestra segmentación, sin una justificación educativa de fondo.
Mario Uribe Carmen Montecinos
Líderes Educativos, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso