El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, afirmó hoy que está trabajando para intentar convencer al presidente sirio, Bashar Al Asad, de que su única opción es dimitir, pero no dio detalles de las nuevas medidas de presión que se están evaluando.
"Necesitamos abordar la cuestión del cálculo (político) actual del presidente Asad. Creo que hay cosas adicionales que se pueden hacer para cambiar su percepción", sostuvo Kerry tras recibir en Washington al ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Nasser Judeh.
Según Kerry, existe ya una cierta sensación de que la renuncia de Asad es inevitable dado el estado actual del conflicto en Siria, donde la cifra de muertos en casi dos años se aproxima ya a los 70.000, de acuerdo con la ONU.
La oposición siria "está haciendo progresos constantes" y Asad "tiene que entender que sus días están contados", comentó poco después en la misma línea la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
Ni Kerry ni la portavoz quisieron comentar las medidas que está estudiando EE.UU. para aumentar la presión sobre Asad y conseguir que renuncie.