Las autoridades iraquíes rechazaron ayer las acusaciones realizadas por el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, de que los soldados de ese país árabe fueron incapaces de combatir y de mostrar voluntad de lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Ramadi, tomada por los yihadistas. Según el jefe del Pentágono, la caída de Ramadi el pasado 17 de mayo -la peor derrota que ha sufrido Bagdad en cerca de un año-, podría haberse evitado.

"Tenemos un problema con la voluntad de los iraquíes de luchar contra el EI y defenderse", dijo Carter a la cadena CNN.

Las fuerzas iraquíes no estaban en inferioridad numérica pues "sobrepasaban  ampliamente a las fuerzas de sus enemigos", sin embargo, "fueron incapaces al  combatir y se retiraron de la zona", afirmó Carter.

El primer ministro iraquí, Haider  al Abadi, intentó bajarle el perfil a las duras críticas expresadas por Carter.

"Me sorprende que haya dicho eso. Quiero decir, que él ha sido un gran apoyo para Irak. Estoy seguro de que contaba con información imprecisa", afirmó Abadi a la BBC.

Washington ha sido uno de los aliados clave en la guerra emprendida por Bagdad para recuperar los territorios conquistados por los yihadistas. Estados Unidos no sólo lidera la coalición contra el grupo yihadista en Irak y Siria. También entrena a nueve brigadas de las Fuerzas Armadas iraquíes, tres de ellas integradas por kurdos. Para ello cuenta con la presencia en el territorio iraquí de poco más de tres mil efectivos, la mayoría pertenecientes a las Fuerzas de Operaciones Especiales. Según el diario británico The Times, cerca de 2.000 misiles antitanques AT-4 han sido enviados por Estados Unidos a Irak para hacer frente a la gran cantidad de autobombas detonadas por atacantes suicidas del EI.

"Las declaraciones del secretario Carter son sorprendentes y probablemente  afecten la moral de las fuerzas", dijo a la agencia France Presse (AFP) el experto iraquí Ahmed Ali, profesor  visitante del Centro de Educación para la Paz.

Para Ahmed al Asadi, portavoz de las Unidades de Movilización Popular, que agrupa a varias milicias chiitas, la reticencia de Abadi a la hora de pedir su  participación, influyó en la caída de Ramadi.

La caída de Ramadi, lugar clave de la provincia de Al Anbar, situada al oeste de Bagdad - y de mayoría sunita-, generó cuestionamientos  tanto por la estrategia del gobierno de Abadi, y por la estrategia de Estados Unidos. Abadi, eso sí, dijo que confiaba que Ramadi podría ser recapturada. Ramadi y sus alrededores han sido testigos de enfrentamientos desde enero de 2014, cuando rebeldes tomaron control de la ciudad de Faluja.

De acuerdo con la BBC, los analistas señalan que el EI controla un tercio de Irak y amplios territorios en Siria. Ayer, la aviación siria bombardeó intensamente la ciudad de  Palmira y sus alrededores. El Estado Islámico ha ejecutado a más de 217 personas, incluyendo a niños, desde que se desplazó al área de Palmira hace 10 días, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.