La normativa afecta a 31 estados del centro y este de Estados Unidos, incluida la capital, y tiene como propósito limitar la polución que sale de las chimeneas de las plantas, en particular de las que usan carbón para crear electricidad.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) colocó como meta una reducción del 52 por ciento en las emisiones de óxido de nitrógeno y del 71 por ciento de dióxido sulfúrico para 2014.

Con esta medida se evitarán un máximo de 36.000 muertes prematuras, 23.000 ataques al corazón y 1,9 millones de días de trabajo o escuela perdidos debido a los efectos de la contaminación, según la EPA.

Además, con ello, el país se ahorrará 120.000 millones de dólares en gastos de salud al año, una cantidad que compensa con creces los 2.800 millones por año que le costará a las empresas cumplir con la nueva normativa, de acuerdo con esa agencia.

"Esta norma está diseñada para cortar la polución que se extiende por cientos de millas y tiene impactos negativos enormes sobre millones de estadounidenses", dijo la jefa de la EPA, Lisa Jackson, en un comunicado.

La EPA elaboró la nueva regla en respuesta a una decisión de un tribunal de apelación de Washington, que determinó que el Gobierno anterior, presidido por George W. Bush, no había mantenido normas aceptables de calidad del aire y ordenó a la agencia diseñarlas.

Antes de entrar en vigor, la normativa pasará por un período de 60 días de comentarios públicos.

Pero su aplicación se podría retrasar si grupos empresariales perjudicados presentan demandas en los tribunales, como han hecho en el pasado tras la publicación de reglas que también limitaban las emisiones.