El Mando Conjunto de Operaciones Especiales de EE.UU. está recopilando información detallada que podría utilizar para matar o capturar a algunos de los sospechosos del ataque en el que murió el embajador en Libia y otros tres estadounidenses, según informó hoy el diario The New York Times.

El diario, que cita a militares de alto rango y miembros de la lucha antiterrorista, explica que desde que se perpetró el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, el pasado 11 de septiembre, en el que murió el embajador Christopher Stevens, miembros de la elite militar de EE.UU. han intensificado las labores de inteligencia.

"Los planificadores de Operaciones Especiales han incrementado notablemente sus esfuerzos para localizar y reunir información sobre varios miembros de Ansar al Sharia y otros militantes vinculados con el brazo de Al Qaeda en el Norte de África -Al Qaeda en el Magreb Islámico- que las autoridades estadounidenses creen que participaron en la planificación y ejecución del ataque", según el diario.

Recopilar la información es el primer paso en el proceso para estar preparados en el caso de que el presidente Barack Obama, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de EE.UU., ordene una acción contra los que sean señalados como responsables del ataque.

El presidente se ha comprometido a llevar ante la justicia a los asesinos de los cuatro funcionarios, aunque según indicaron las fuentes al diario, "no se ha tomado ninguna decisión sobre ningún objetivo potencial".

El rotativo apunta a que el mandatario tiene varias opciones y bien podría ordenar una operación con aviones no tripulados o una redada por parte de miembros de los cuerpos de Operaciones Especiales como la que acabó con el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden en mayo de 2011.

No obstante, advierte que "todas conllevan considerables riesgos políticos, diplomáticos y físicos". 

El Mando Conjunto de Operaciones Especiales se encarga de estudiar las técnicas y los requisitos necesarios para llevar a cabo operaciones encubiertas y trabaja estrechamente con la agencia de inteligencia (CIA) para mantener actualizada la información de posibles objetivos terroristas en todo el mundo.

Se desconoce la cifra de potenciales sospechosos sobre los que se está investigando, aunque según indicaron las fuentes al diario las autoridades libias "han identificado varios presuntos asaltantes según testimonios, vídeos y fotografías de la escena".

El consulado de EE.UU. en Bengasi ya había sido objeto de varios atentados y la misión diplomática en Libia había solicitado "en repetidas ocasiones un aumento de la seguridad" que le fue denegado antes del ataque del pasado 11 de septiembre, según indicaron hoy varios congresistas que enviaron una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, pidiendo explicaciones.

En la misiva, encabezada por el congresista republicano Darrell Issa, aseguran que el ataque fue "el último de una larga serie de atentados a diplomáticos" occidentales en los meses previos y agregan que "nunca estuvo claro, como han sostenido los funcionarios de la Administración, que el ataque fuera el resultado de una protesta popular".

Inicialmente, el Gobierno estadounidense explicó lo ocurrido como una consecuencia de las "violentas protestas" surgidas a raíz de la difusión de un vídeo producido en EE.UU. que ridiculiza al islam, aunque la semana pasada el secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, aseguró en rueda de prensa que se trató de "un ataque terrorista".