La seguridad del Departamento de Policía de Dallas (EEUU) se reforzó este sábado con fuerzas especiales por una amenaza, después de que cinco agentes murieran el pasado jueves tiroteados durante una manifestación en el centro de la ciudad.

Agentes de las fuerzas especiales de policía SWAT han sido desplegados en el edificio, adonde han llegado en varios furgones blindados, según las imágenes emitidas por las televisiones locales de la ciudad tejana.

Las puertas de la comisaría, ante la que se congregaron este sábado ciudadanos para ofrecer su apoyo a la Policía tras la masacre del jueves, se han cerrado y agentes han tomado posiciones en el interior, informó el diario local "Dallas Morning News".

Según la televisión local WFAA (afiliada de la cadena ABC), la comisaría decretó el cierre debido a una amenaza "tomada en serio".

De acuerdo con WFAA, un grupo armado de la ciudad tejana de Houston supuestamente amenazó con viajar a Dallas para provocar daños, si bien ese extremo no ha sido, de momento, confirmado oficialmente.

Las medidas se tomaron en torno a las 16:00 hora local (21:00 GMT), precisó WFAA, que citó fuentes policiales.

Anteriormente, numerosos ciudadanos -según puso constatar Efe- se habían congregado ante la puerta de la comisaría donde se ha improvisado un monumento en homenaje a los agentes muertos durante el ataque del jueves, a fin de ofrecer su apoyo y rendir tributo a los fallecidos.

La comisaría intensificó la seguridad dos días después del tiroteo que  el jueves acabó con la vida de cinco agentes en el histórico centro de la ciudad tejana, donde continúa la investigación de la masacre.

La matanza, que también causó nueve heridos (siete policías y dos civiles), acabó con la paz en la que discurría una manifestación de cientos de personas que denunciaban la reciente violencia de las fuerzas del orden contra ciudadanos negros en el país.

El ataque fue obra supuestamente de un francotirador que disparó contra los agentes, identificado como Micah Xavier Johnson, de 25 años, afroamericano, veterano de la guerra de Afganistán y fallecido en un enfrentamiento con la Policía.

Según los negociadores que intentaron mediar con el francotirador, Johnson expresó su malestar con las muertes esta semana de dos negros a manos de las fuerzas de seguridad, captadas por teléfonos celulares, en Luisiana y Minesota.

El tirador pretendía, de hecho, matar a personas blancas, especialmente, agentes blancos", según el jefe de la Policía de Dallas, David Brown.

Se trata del peor ataque contra las fuerzas del orden en Estados Unidos desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.