La decisión de política exterior más contundente que ha tenido el Presidente Donald Trump y que tuvo lugar en la madrugada de ayer al lanzar 59 misiles contra de la base aérea Al Shayrat en Siria por el supuesto ataque químico que el Pentágono cree llevó a cabo el régimen de Basher Assad, no dejó a nadie indiferente. Por un lado, el mandatario estadounidense recibió los elogios a nivel interno y de Occidente, pero al mismo tiempo obtuvo la reprobación de Rusia y de Damasco. Además añadió un nuevo ingrediente a esta compleja guerra que ya se extiende por seis años. "Trump parece consternado por el ataque de armas químicas y quería mostrar que Estados Unidos reaccionaría. Hasta ahora parece simbólico, porque no he visto un plan más amplio de ataque al régimen de Assad", dijo a La Tercera, Daniel Byman, profesor de la escuela servicio exterior de la Universidad de Georgetown.
En todo caso Washington advirtió ayer que está dispuesto a ir más lejos en Siria. "Estados Unidos tomó anoche un paso muy calculado. Estamos preparados para hacer más, pero esperamos que no sea necesario", aseguró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, durante su intervención ante los miembros del Consejo de Seguridad, que se reunieron en una tensa sesión convocada de urgencia después del bombardeo, en la que tuvo un duro cruce con su par ruso.
El régimen de Assad no tardó en responder y calificó el ataque como "irresponsable" e "idiota". La Presidencia siria dijo que el bombardeo "incrementa la determinación de Siria de golpear a los agentes terroristas". A continuación las claves para entender el conflicto.
* Estado de la guerra
El conflicto en Siria, que se inició en marzo de 2011 y que comenzó como una revuelta contra del régimen de Basher Assad, se ha convertido en una cruenta guerra subsidiaria, con presencia de grupos yihadistas, que ha dejado al menos 400 mil muertos, 6,5 millones de desplazados y casi cinco millones de refugiados.
Bajo la Presidencia de Barack Obama, Estados Unidos lideró una coalición que bombardeó las posiciones del Estado Islámico, tanto en Siria como en Irak. Además prestaba ayuda a fuerzas que consideraba moderada de la oposición.
La participación de Rusia en el conflicto en septiembre de 2015, significó un impulso para el régimen que por ese entonces se encontraba muy debilitado. Los bombardeos en contra de los grupos terroristas provocaron el avance de las fuerzas del régimen y el retroceso del Estado Islámico. Fue así como el Ejército sirio ha recuperado gran parte de Alepo, Homs, Hama y algunas localidades del sur, mientras que el Estado Islámico todavía mantiene el control de Raqqa, su "capital".
* El ataque químico
El martes un ataque supuestamente con armas químicas en Jan Sheijun provocó la muerte de 86 personas. El ministerio de Salud turco afirmó el jueves que los primeros análisis efectuados sugirieron que las víctimas estuvieron expuestas a gas sarín. Trump calificó el ataque de "horroroso" y señaló que era una "afrenta a la humanidad".
El portavoz del Pentágono, Jeff Davis, dijo que la base era usada para almacenar armas químicas y que la inteligencia estadounidense evaluó que un avión había lanzado bombas de gas nervioso sobre Jan Sheijun. Sin embargo, Basher Assad ha negado haber usado este tipo de armas.
La cadena británica BBC recordó que Al Shayrat se usó para almacenar armas químicas hasta 2013, cuando Assad acordó la destrucción de este tipo de armas que habían sido declaradas luego que sus fuerzas fueran acusadas de disparar cohetes con gas sarín en un suburbio de Damasco. A comienzos de noviembre de 2015, poco más de un mes después de lanzar una campaña aérea contra la oposición de Assad, el Ejército ruso comenzó a usar la base para sus helicópteros de ataque Mi-24 y Mi-35.
El diario The Guardian, explica que Moscú debía garantizar que Siria se deshiciera de sus armas químicas en 2013, luego del ataque con gas sarín. "O Rusia fue cómplice o ha sido incompetente", dijo el secretario de Estado, Rex Tillerson.
* Relaciones Rusia- EE.UU.
Rusia advirtió ayer que los ataques con misiles de Estados Unidos contra la base aérea siria podrían tener consecuencias "extremadamente graves", confirmando que la primera gran intervención de Trump en un conflicto internacional abrió una pugna entre Moscú y Washington. "Condenamos con fuerza las acciones ilegítimas de Estados Unidos", dijo el número dos de Rusia ante la ONU, Vladimir Safronkov, durante una reunión del Consejo de Seguridad. Por su parte, el premier ruso, Dmitri Medvedev, afirmó que los ataques estadounidenses acercaron más la posibilidad de choques militares con el Ejército ruso.
El ministerio de Defensa ruso notificó al Pentágono que suspendería más tarde la línea de comunicaciones usada para evitar choques occidentales en Siria, según la agencia Interfax. Los cazas de Estados Unidos suelen bombardear a militantes de Estado Islámico en Siria, cerca de las fuerzas rusas. Sin embargo, funcionarios estadounidenses informaron a las fuerzas rusas antes de los ataques con misiles y evitaron golpear al personal ruso y además dijeron que el acuerdo seguía vigente.
"Los ataques son definitivamente un problema para las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, aunque si éstos no continúan, Rusia puede decidir sólo condenarlos y seguir adelante", añadió Byman. Una prueba del estado de las relaciones ocurrirá el martes, cuando Rex Tillerson visite Moscú para su primera visita oficial como secretario de Estado. Los analistas esperaban que fuera un encuentro más tenso y muy diferente al de 2013, cuando Putin recibió al empresario tejano en su calidad de máximo directivo de ExxonMobil y lo condecoró con la Orden de la Amistad.
"La pregunta es si Moscú va a responder. Si Rusia fue cómplice del ataque químico, con el fin de demostrar la impotencia de Estados Unidos en Siria, Putin podría aumentar su participación. Si fue tomado por sorpresa debido a la osadía de Assad, probablemente haga pagar a Damasco por subestimar el respaldo ruso", escribió The Guardian.
* Las alianzas tras el ataque
En un artículo el diario The New York Times señala que la decisión de Trump de atacar Siria ha terminado con las suposiciones respecto de la participación estadounidense en Medio Oriente, ha enojado a sus adversarios y ha llevado esperanza a los aliados, al mostrar que Estados Unidos despliega fuerzas para ayudar a sus amigos y castiga sus enemigos.
En ese sentido, los países del Golfo celebraron ayer la ofensiva. Un funcionario de la cancillería saudita calificó el ataque de "valiente". El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que siempre ha respaldado a los rebeldes en sus esfuerzos para derrocar a Assad, calificó de positivo el ataque, pero señaló que quería mayores acciones.
Así, la decisión de Trump recibió el respaldo de la OTAN, organismo que había sido duramente criticado por el Presidente republicano al comienzo de su mandato. También obtuvo el apoyo de Francia, Reino Unido, Japón e Israel. El diario dice que el ataque tomó por sorpresa a Irán.
Farshad Ghorbanpour, analista cercano al gobierno del Presidente iraní Hassan Rouhani, vaticinó que el país se va a tomar la noticia de forma seria. "Ellos elegirán no ser confrontacionales con Estados Unidos y Occidente. Irán continuará respaldando a Assad, pero no a cualquier costo", sostuvo.
* Futuro del conflicto
Según el corresponsal de seguridad de la cadena BBC, Jonathan Marcus, el alcance y el método usado en los ataques sugieren que esto era un ataque punitivo y limitado y no una acción de Estados Unidos para intervenir en la guerra en Siria. "Es difícil ver cuál puede ser la respuesta de los sirios. Podrían haber temores sobre si sus aliados iraníes pueden realizar una clase de represalia. Esto no va a alterar el balance poder en Siria de manera significativa. El Presidente Assad está profundamente arraigado en una importante parte del país", advierte.
Un análisis del semanario alemán Der Spiegel señala que si los asuntos van bien, Assad, Rusia e Irán, se intimidarán por la respuesta de Donald Trump y acordarán a negociar una solución que resulte en el fin del régimen.
Pero si las cosas van mal los tres podrían permitir que todo continúe como era antes. Incluso podrían buscar probar a Trump para ver cuán lejos está dispuesto a llegar al entregar, por ejemplo, nuevas armas a Assad o aumentar el número "asesores militares" en el país.