El gobierno paquistaní rechazó hoy las acusaciones de EEUU tras los últimos ataques registrados en Afganistán de que está usando una facción talibán, la red Haqqani, para avanzar en sus intereses estratégicos en el país vecino.
La vocera paquistaní de Exteriores, Tehmina Janjua, negó que su país coopere de ninguna forma con el grupo terrorista y reafirmó el compromiso de Pakistán de colaborar con EEUU en la lucha antiterrorista, según varios medios locales.
Este grupo, con base en la región tribal paquistaní de Waziristán del Norte, ha sido acusado por el gobierno de Obama de lanzar los golpes terroristas más violentos de los últimos años en Afganistán, entre ellos el ataque de hace diez días contra la embajada norteamericana en Kabul.
Janjua se une de esta forma al ministro paquistaní de Interior, Rehman Malik, y a otros altos cargos que se están defendiendo de la ofensiva diplomática de Washington, que ve en la red Haqqani uno de los principales obstáculos para el avance de la guerra afgana.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, Mike Mullen, acusó a Pakistán de "exportar la violencia a Afganistán" y usar la red Haqqani como "instrumento político". Hace dos días, resaltó la necesidad de que los servicios secretos paquistaníes (ISI) se "desconecten" de la facción Haqqani y de la "guerra subsidiaria" que, según él, llevan a cabo en Afganistán.
La prensa especula también con la posibilidad de que este grupo, liderado por el ex "muyahidin" Jalaludin Haqqani y su hijo Sirajudin, esté detrás del asesinato del ex presidente afgano Burhanudin Rabbani. La tensión es tal que Pakistán tuvo que salir al paso después de la reunión en Nueva York entre la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y la ministra paquistaní de Exteriores, Hina Rabbani Khar.
Ante las informaciones aparecidas en la prensa, la ministra aclaró que no hubo "ningún ultimátum" de Washington a Islamabad para que actuara contra esta facción insurgente. Tras la operación unilateral norteamericana en suelo paquistaní que acabó con la vida de Osama Bin Laden el pasado mes de mayo, EEUU estaba seguro de poder contar con la colaboración paquistaní en el contexto del inicio de la retirada militar de Afganistán. Pero el Ejército de Pakistán, humillado por lo que percibió como una violación de su soberanía, reaccionó cerrando puertas a la colaboración estratégica en la región.
EEUU ha retirado desde entonces una ayuda militar de 800 millones de dólares a Pakistán y tanto el Congreso como el Senado siguen amenazando con suspender otras partidas, entre ellas las destinadas al sector civil.