El gobierno del presidente Barack Obama anunció el miércoles una serie de esfuerzos para combatir el creciente robo de secretos comerciales de Estados Unidos, en lo que sería una respuesta amplia pero relativamente acotada ante un problema mundial que se agrava rápidamente y que salió a la luz esta semana después de que se conocieron nuevas evidencias de hurtos cibernéticos vinculados con China.

Tras mencionar a China, pero sin señalar que la nueva campaña apuntaría específicamente a ese país, el secretario de Justicia, Eric Holder, anunció un plan que incluiría más presión diplomática para desalentar el robo de propiedad intelectual, mejoraría la coordinación para ayudar a las empresas locales a protegerse ellas mismas y lanzaría una campaña para crear conciencia en la gente.

El gobierno indicó que hay señales de que el espionaje económico está creciendo, no sólo a través de la invasión electrónica a través de internet sino también mediante el reclutamiento de ex empleados de empresas estadounidenses con información comercial privilegiada.

"Aunque las nuevas tecnologías han derribado las barreras tradicionales del comercio para los negocios internacionales y el comercio mundial, también han facilitado a los criminales robar secretos comerciales y hacerlo desde cualquier parte del mundo", declaró Holder. "Un 'hacker' en China puede adquirir código original de programación de una compañía de software en Virginia sin levantarse de su escritorio. Al oprimir unas cuantas teclas, un empleado despedido o simplemente descontento en un contratista de defensa puede apropiarse indebidamente de diseños, procesos y fórmulas que valen miles de millones de dólares".

Las medidas anunciadas el miércoles se conocen después de que la empresa de seguridad cibernética Mandiant Corp. presentó un reporte donde detalla ataques contra más de 140 compañías, vinculados con el gobierno chino. El miércoles, el Ministerio de Defensa de China dijo que el informe tiene errores graves y negó estar involucrado en los ataques.

Mandiant, con sede en Virginia, reveló el lunes infinidad de detalles que vincularon a una unidad militar secreta china en Shanghai con años de ataques cibernéticos a compañías estadounidenses. La empresa concluyó que los ataques pueden vincularse con la Unidad 61398 del Ejército Popular de Liberación de China.

Expertos militares creen que la unidad forma parte del mando cibernético del ejército chino, que a su vez está bajo la autoridad directa del Estado Mayor General, la versión china del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos.

Como tal, sus actividades tendrían la autorización de los niveles más altos de las fuerzas armadas chinas.

Al negar su participación en los ciberataques, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que el país asiático también ha sido víctima de piratas informáticos, algunos de los cuales han sido rastreados y localizados en Estados Unidos.

El portavoz de la cancillería china, Hong Lei, dijo que tan sólo en 2012 los "hackers" extranjeros utilizaron software malicioso para tomar el control de unas 1.400 computadoras y 38.000 cibersitios en China.

"Entre los ataques mencionados arriba, los provenientes de Estados Unidos fueron los más numerosos", dijo Hong en una reunión diaria con la prensa, en la que presentó las acusaciones más específicas que ha hecho Beijing hasta la fecha sobre la ciberpiratería extranjera.

El reporte emitido el miércoles por el gobierno de Obama no señaló que su objetivo sea un infractor específico. Pero el problema con China fue evidente en los ejemplos que mencionó.

Esos ejemplos no involucraron ciberataques, sino más bien el robo de cientos de millones de dólares en secretos comerciales por parte de ex empleados de empresas estadounidenses, incluidas Ford Motor Co., DuPont Co., General Motors Corp., Cargill, Dow Chemical Co., Valspar y Motorola.

El reporte no amenazó con consecuencias específicas por el robo de secretos comerciales, y no se anunciaron nuevas multas o medidas. Incluyó cinco acciones para proteger la innovación generada en Estados Unidos.