El gobierno de Estados Unidos dejó claro que podría profundizar la más reciente crisis con Venezuela, al admitir que considera eventuales medidas de reciprocidad por la expulsión de tres de sus diplomáticos en Caracas.

La portavoz del Departamento de Estado, Jennifer Psaki, señaló que "de acuerdo a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, Estados Unidos podrá tomar medidas de reciprocidad, y estamos considerando qué medidas podrán ser adoptadas". 

Psaki recordó que los dos países no mantienen embajadores. Por esa razón, la encargada de negocios de EEUU en Caracas, Kelly Keiderling, era la más alta representante estadounidense en la legación.

"Rechazamos por completo la alegación del gobierno venezolano sobre una participación de Estados Unidos en cualquier conspiración para desestabilizar al gobierno de Venezuela", insistió Psaki.

En especial, la vocera rechazó "los alegatos contra tres miembros de nuestra embajada" en Caracas.

En una rueda de prensa en la sede diplomática de Caracas, Keiderling, nacida en Santo Domingo aseguró que "todas las acusaciones de sabotaje, de conspiración, de que nosotros vamos a acabar con el mundo, son  falsas" y reconoció haberse reunido con varios miembros de la sociedad civil venezolana como parte de su labor diplomática.

Además, recordó que la decisión de adoptar medidas recíprocas la toma Washington. "Puede ser (una medida) precisamente recíproca, que incluiría a Ortega (Calixto, encargado de negocios de Venezuela en Estados Unidos), o podría ser asimétrica", advirtió.

La lista de expulsados incluye también a los funcionarios David Moo y Elizabeth Hoffman.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó a los tres diplomáticos de fomentar junto con la oposición supuestos actos de sabotaje económico y eléctrico en Venezuela, por lo que les dio 48 horas para salir del país.

Como presuntas pruebas contra los diplomáticos, la televisión del Estado difundió imágenes de diarios que dan cuenta de viajes de los estadounidenses al interior de Venezuela, listas de pasajeros en los vuelos donde viajaron y fotografías de ellos en aeropuertos.

Las imágenes también mostraban a los tres diplomáticos saliendo de reuniones con líderes de la oposición venezolana en la ciudad de Puerto Ordaz, en el estado Bolívar.

El mandatario venezolano aseguró que sobraban pruebas "de la participación de estos tres funcionarios de materia directa, una de ellas conspirando con gente de la derecha, para sabotear el sistema eléctrico".