El Departamento de Estado de Estados Unidos expresó el lunes que el arresto en Moscú de 100 manifestantes durante el fin de semana, incluidos destacados defensores de los derechos humanos y figuras de la oposición, fue un duro golpe a la libertad de expresión en Rusia.


"Estados Unidos está preocupado por reportes sobre que autoridades en Moscú nuevamente disolvieron una manifestación pacífica de ciudadanos rusos el 31 de enero", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Gordon Duguid, en un comunicado.

Según el portavoz, las detenciones e informes de maltrato contra algunos de los manifestantes constituyen otro golpe a la libertad de expresión y reunión, que son derechos universales y fundamentales que merecen ser protegidos y promovidos.

Poco antes, la organización humanitaria Human Rights Watch (Hrw) y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, también condenaron las detenciones de los activistas.

La ley rusa establece claramente la libertad de asamblea, sin embargo, la detención de manifestantes pacíficos es un excelente ejemplo de como las autoridades violan de manera flagrante este derecho, criticó Tanya Lokshina, jefa adjunta de la oficina de Moscú de Hrw.

El domingo pasado centenares de manifestantes, incluido el destacado opositor Boris Nemtsov,  fueron detenidos por la policía durante algunas horas, cuando se manifestaban en el centro de la capital rusa.

Los detenidos se habían dado cita en Moscú, precisamente para demandar el derecho a organizarse y a participar de manifestaciones pacíficas, además de reclamar contra el primer ministro ruso, Vladimir Putin, y contra el presidente ruso, Dmitri Medvedev.