Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos flexibilizaron algunas de las medidas aplicadas al personal sanitario que regrese al país desde zonas donde haya ébola, tras las fuertes críticas que generó la decisión de Nueva York de aplicar una cuarentena forzosa.

En la nueva regulación dada a conocer por las autoridades se establecen cuatro categorías para las personas afectadas, desde aquellas con mayor nivel de riesgo a las de menos. Quienes estén en un riesgo alto o muestren síntomas tienen que evitar el transporte público y las aglomeraciones y quedarse en casa durante 21 días. 

Entre las personas con mayor riesgo se cuenta el personal sanitario o miembros de la familia de un paciente en los países afectados de África occidental que hayan tenido contacto con fluidos corporales.

Al personal médico que trató a pacientes con trajes protectores se lo considera de menor riesgo, por lo que se les recomienda únicamente medirse la temperatura dos veces al día, pero no se les pide que estén en cuarentena. 

Aquellas personas de bajo riesgo, que hayan estado en África occidental pero sin contacto con pacientes de ébola, deberán tomarse la temperatura regularmente pero podrán moverse y viajar sin restricciones.

El tema de la cuarentena forzosa había generado mucha polémica en Estados Unidos. A una enfermera de Maine se le tuvo que levantar la medida el lunes. Tras quejarse duramente de las condiciones de la misma, Kaci Hickox, de 33 años, consiguió que anularan la decisión. Ella era la primera a la que se había aplicado esta regulación destinada para protegerse de una posible "importación" del ébola. 

Los estados de Nueva York y Nueva Jersey, que administran los aeropuertos de John F. Kennedy y Newark, afirmaban que la medida era necesaria para protegerse de la mortal enfermedad. La Casa Blanca se mostró en cambio escéptica acerca de su efectividad.

También el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, mostró su preocupación por las medidas obligatorias introducidas por algunos países en la lucha contra el virus. En una declaración hecha pública en Nueva York, Ban dijo que las personas que regresan de ayudar en las zonas afectadas son "extraordinarias" y que no hay que ponerles restricciones que no tengan una clara base científica.

Hickox se quejó de que a su regreso de Sierra Leona el pasado viernes fue "interrogada" durante horas y luego llevada a una carpa situada frente a la Clínica Universitaria de Newark. Aunque no mostraba ningún síntoma y dos tests dieron negativo, tenía que pasar 21 días sin una ducha y con un baño químico.

Los 21 días son el máximo período posible de incubación del ébola, tras el cual si no se presentan síntomas se considera seguro que no hubo contagio.

Finalmente, el lunes el estado de Nueva Jersey dejó marcharse a Hickox. "Tras mantener conversaciones, estuvo de acuerdo en viajar al estado de Maine y lo hará sin utilizar medios de transporte públicos", afirmó la oficina del gobernador. La mujer será sometida a un seguimiento médico en Maine.

Nueva Jesey defendió la medida por el contacto constante de la enfermera con enfermos de ébola y porque había presentado fiebre en Estados Unidos. Durante el aislamiento estuvo en un "sistema de tiendas de campaña altamente desarrollado", argumentaron las autoridades. "Durante la cuarentena se hizo el máximo esfuerzo por que el tiempo transcurriera de forma agradable para ella, dándole acceso a una computadora, teléfono móvil, lectura y comidas de su elección".

Desde la semana pasada, todo médico u otro personal médico procedente de África occidental que llega a Nueva York tiene que estar 21 días en cuarentena forzosa. Newark se considera el aeropuerto local de Nueva York, pero está en el vecino estado de Nueva Jersey, y por eso la medida fue aprobada conjuntamente por los gobiernos de ambos estados. Otros como Illinois (Chicago) y Florida (Miami) se están planteando tomar medidas similares.

Nueva York y Nueva Jersey suavizaron ya la regulación el domingo: aquellas personas que no tengan síntomas podrán pasar la cuarentena en sus casas y recibirán una compensación por la pérdida de ingresos económicos. Dos veces al día se les tomará la fiebre y sus familiares podrán estar con ellos.