La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, condenó ayer las "agresivas acciones" de Rusia en Ucrania y apoyó a Kiev en momentos en que la nueva administración intenta mejorar sus vínculos con Rusia.

En su primera declaración pública ante el Consejo de Seguridad, Haley dijo que las sanciones impuestas en 2014 por la anexión de Crimea se mantendrán "hasta que Rusia devuelva el control de la península a Ucrania".

"Estados Unidos apoya al pueblo de Ucrania que sufre desde hace casi tres años bajo la ocupación e intervención militar rusas", dijo.

Esta primera intervención era muy esperada para tratar de evaluar cómo será la actitud hacia Rusia de la administración del presidente Donald Trump, quien se ha mostrado muy conciliador con Moscú y su homólogo Vladimir Putin.

"Nosotros queremos mejorar nuestras relaciones con Rusia. De todas maneras, la terrible situación en el este de Ucrania exige una clara y firme condena de las acciones de Rusia", dijo Haley.

Las relaciones entre Washington y Moscú sufrieron una importante degradación durante la presidencia de Barack Obama, con la anexión de Crimea a Rusia en 2014 y también por la intervención militar rusa en Siria en apoyo a Bashar Al Asad.

En una larga conversación telefónica, Trump y Putin prometieron mejorar esa relación.

El conflicto entre Rusia y Ucrania ya dejó unas 10.000 muertos desde 2014, de las cuales más de 2.000 son civiles.