La policía antidisturbios estadounidense desalojó a activistas anti Wall Street de un campamento frente al municipio de Los Angeles y arrestó al menos a una docena de personas, al cumplir con la orden de desalojo del alcalde Antonio Villaraigosa y tras ocho meses de ocupación, según detalló la agencia Reuters.
Los efectivos informaron a los cientos de manifestantes que componían una "asamblea ilegal". Les ordenaron dispersarse o enfrentar la posibilidad de un arresto. El alcalde originalmente había recibido con beneplácito a los occupy e incluso les entregó cobertores para sortear eventos climáticos.
Sin embargo, en la medida en que funcionarios de la ciudad comenzaron a quejarse de crímenes, problemas de sanidad y daños a la propiedad de los que culparon al campamento, el alcalde decidió que el grupo debía irse.
Villaraigosa había establecido el plazo de desalojo la medianoche del lunes, pero funcionarios de la ciudad se contuvieron de cumplir con esa orden por 48 horas con la esperanza de que los manifestantes se retiraran por voluntad propia. La estrategia pareció surtir efecto. Excepto por algunas escaramuzas menores iniciales, la muchedumbre se mantuvo vociferante pero pacífica.
Al menos 20 manifestantes dejaron el área apenas entró la policía, llevándose del campamento carpas y otras pertenencias. Más tarde, otros fueron escoltados fuera del lugar por la policía, aparentemente sin presentar resistencia. Posteriormente, agentes policiales entraron al lugar y arrestaron a los que se negaron a salir, desmantelando el campamento y retirando cajas y otros escombros. Las carpas fueron desarmadas después de que la policía revisó cada una con una linterna.
El comandante de la policía, Andrew Smith, dijo que docenas de manifestantes en el parque habían sido detenidos y que al menos otros 20 probablemente serían arrestados, incluyendo tres o cuatro que se habían encaramado a los árboles.
A su vez, según BBC Mundo, en Filadelfia también hubo desalojo, pero los activistas se retiraron por cuenta propia.