El Ejército estadounidense puso fin oficialmente a la guerra en Irak retirando una bandera de las fuerzas estadounidenses en una ceremonia en Bagdad, encabezada por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, casi nueve años después de la invasión que derrocó a Saddam Hussein.
Los últimos 4.000 efectivos de EEUU se retirarán del país a fines de año, lo que dejará a Irak enfrentando a una debilitada pero persistente insurgencia, tensiones sectarias e incertidumbre política. En el momento de mayor presencia, el número de militares estadounidenses en el país llegó a 170.000.
Irak continuará teniendo en Estados Unidos a "un amigo y un socio", dijo Panetta desde la base militar de Echo durante la ceremonia de hoy. "Este no es el fin, sino el inicio. Dios bendiga a Irak, Dios bendiga a Estados Unidos. El sueño de un Irak independiente y soberano es ya una realidad", apuntó Panetta.
Durante la ceremonia, el dirigente estadounidense recordó a las víctimas en esta guerra, en la que desde su comienzo en 2003 han muerto más de 4.500 estadounidenses y 30.000 han resultado heridos. "Nunca olvidaremos las lecciones de la guerra ni olvidaremos los sacrificios del más de un millón de hombres y mujeres estadounidenses, así como de sus familias" implicadas, dijo.
Este acto tiene lugar un día después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, marcara el fin "histórico" de nueve años de guerra en Irak frente a los soldados de Fort Bragg, en el estado de Carolina del Norte, que han luchado en ese conflicto.