En 1992, tras la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, la ONU acordó la realización de las llamadas Conferencias de las Partes (COP) para buscar mecanismos efectivos en la lucha contra el cambio climático, cita que desde 1994 se celebra cada año.
En 1997, durante la tercera de estas conferencias (COP3), realizada en Japón, se adoptó el Protocolo de Kioto (ciudad que acogió la reunión), que limitó las emisiones de gases causantes del efecto invernadero de 37 países industrializados más la Unión Europea.
El Protocolo entró en vigor recién en 2005, y con la ausencia de EE.UU., uno de los países más contaminantes del mundo, además de China e India, que no fueron incorporados en el acuerdo, pues en ese entonces no eran consideradas naciones desarrolladas.
El protocolo funcionaría hasta 2012, pero fue prorrogado hasta 2020, año en que deberá comenzar a regir un nuevo tratado, el que será discutido en Lima en diciembre (COP20) y en París, en abril (COP21).
Para alcanzar un preacuerdo en estas reuniones, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, convocó a una cumbre previa en la sede del organismo en Nueva York, la que se desarrolló ayer.
Aunque la cita logró reunir a 123 líderes de todo el mundo, incluida la Presidenta Miche-lle Bachelet (ver nota secundaria), las expectativas forjadas en torno a la cita se fueron disipando, especialmente luego de que China e India enviaran autoridades de segunda línea a la cumbre; el viceprimer ministro, Zhang Gaoli, en el caso del primero, y un ministro de Ecología, en el segundo.
Beijing y Nueva Delhi se resisten a reducir sus emisiones para no desacelerar sus economías, e insisten en que las naciones más industrializadas asuman una cuota mayor, pues son las que empujaron al planeta a este punto.
Por ello, durante su alocución, el Presidente Barack Obama -que poco antes se había reunido con Gaoli- apuntó directamente a ambas naciones, especialmente a China. "En la posición de ser las dos economías más grandes y emisoras del mundo, EE.UU. y China tienen una responsabilidad especial de liderazgo", dijo Obama, por lo que pidió un acuerdo mundial "ambicioso" en la sede de la ONU. Sin embargo, agregó que el acuerdo debe ser "flexible, porque países diferentes enfrentan realidades diferentes".
EE.UU. anunciará en el primer trimestre de 2015 su objetivo de reducción de gases de efecto invernadero después de 2020, punto clave de las discusiones de París. Obama reafirmó que su país respetará sus compromisos hasta ese año: reducción del 17% respecto de los valores de 2005, compromiso voluntario, pues el país no es parte del Protocolo de Kioto.
Gaoli, en cambio, señaló que su país apoya un acuerdo global sobre el clima, pero destacó que debe estar basado en un proyecto de la ONU que defiende los principios de responsabilidades y capacidad comunes, pero diferenciadas.
ESCASOS ACUERDOS
Concluida la cita, uno de los pocos acuerdos concretos que se sellaron fue el compromiso de algunos países de reducir a la mitad la pérdida de bosques en 2020 y a detenerla totalmente en 2030. La declaración promete, además, recuperar más de 350 millones de hectáreas de tierras degradadas. El acuerdo reducirá las emisiones de CO2 -gas absorbido por los árboles- entre 4.500 y 8.800 millones de toneladas al año para 2030, que equivale, aseguraron, a retirar de circulación a todos los autos del mundo.
La llamada Declaración de Nueva York fue suscrita por 32 países, incluido EE.UU., Canadá, México, Francia, Alemania y el Reino Unido; además de algunos latinoamericanos, entre ellos Chile, Co- lombia, Costa Rica y Perú.
Sin embargo, no figuran en la lista algunos de los países con mayores bosques del mundo, como Brasil.
Entre otros acuerdos, Noruega selló con Perú un plan de 300 millones de dólares para proteger la Amazonía, y Alemania y el Reino Unido dieron a conocer iniciativas similares.
Las reacciones de las organizaciones medioambientales fueron cautas. "Saludamos los compromisos, pero son largamente insuficientes", dijo ActionAid USA. Para Greenpeace, el anuncio es "una señal importante para los países más vulnerables", pero los detalles siguen "ambiguos".
Los ojos del mundo estarán puestos ahora en Perú, que en diciembre próximo organizará la siguiente conferencia negociadora de la ONU sobre clima, en la que el Presidente Ollanta Humala espera se sienten "las bases amplias del acuerdo universal vinculante" en París, lo que dado lo ocurrido ayer en Nueva York, muchos dudan.